A la hora de decidir qué tipo de sistema de cocina queremos para nuestra casa, lo más frecuente hasta hace unos años eran los fogones de gas, que poco a poco se han ido sustituyendo por vitrocerámicas y placas de inducción, muchas veces por comodidad y eficiencia.
Sin embargo, podría haber un motivo adicional más relacionado con la salud para dar el salto a un modelo eléctrico en detrimento de los de combustible fósil: la contaminación del aire que respiramos dentro de casa.
Un problema de contaminación en casa
Según un reciente estudio publicado el 2 de diciembre en PNAS Nexus, los típicos fogones de gas butano, natural o propano que tienen muchas viviendas estadounidenses, lugar donde se ha hecho el estudio pero que puede extrapolarse al resto del mundo, liberan dióxido de nitrógeno (NO₂) en concentraciones que pueden ser perjudiciales para los pulmones, el corazón y el desarrollo infantil.
Según Rob Jackson, autor principal del estudio y profesor de Michelle y Kevin Douglas en Ciencias del Sistema Terrestre en la Escuela de Sostenibilidad Stanford Doerr:
Sabemos que la contaminación del aire exterior perjudica nuestra salud, pero asumimos que nuestro aire interior es seguro. Nuestra investigación muestra que si usa un fogón de gas, a menudo está respirando tanta contaminación de dióxido de nitrógeno en el interior de su casa como de todas las fuentes al aire libre combinadas
Es decir, si cocinamos con una placa de gas en algunos casos puntuales podemos estar respirando un aire tan contaminado como el que hay fuera de la vivienda en una gran ciudad debido al tráfico y las calefacciones.
El estudio apunta que sustituir una cocina a gas por una eléctrica disminuye la exposición personal al NO₂ en más del 25% en promedio y hasta el 50 % en los hogares que usan más el fogón para cocinar, algo muy a tener en cuenta ya que dicho gas es irritante y tóxico para el sistema respiratorio, causando o agravando la salud respiratoria y cardiovascular en concentraciones elevadas.
¿Cómo puedo evitar que dicho gas me afecte dentro de casa si tengo una cocina o estufa de gas? Pues si no podemos o queremos pasarnos a una eléctrica hay varias medidas a tener en cuenta. Para empezar, contar con rejillas de ventilación en la cocina es esencial para que se vaya renovando el aire a medida que cocinamos, o bien ventila manualmente abriendo la ventana.
Pero también podemos hacer uso de las campanas y extractores de humos para crear un flujo de aire que se lleve los contaminantes. Eso sí, hay que encenderlos antes de empezar a guisar y mantenerlos puestos todo el rato.
Vía | Ecoinventos | Universidad de Standford
Imagen portada | PxHere
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