Parece que empezamos a dejar el tiempo invernal atrás y, aunque el calor no ha llegado definitivamente, sí unas temperaturas primaverales que apuntan a lo que tendremos en los próximos meses.
Y una de las tareas recomendables con el cambio de temporada es la limpieza de nuestros equipos de aire acondicionado y bomba de calor, una labor relativamente sencilla pero que muchas veces olvidamos o vamos dejando para otro momento que al final nunca llega.
¿Por qué es importante realizarla varias veces al año? Pues la teoría nos dice que porque así nos aseguramos de que no dejamos suciedad estancada que puedan causar problemas de salud o, como mínimo, la sensación de que el aire está viciado y con mal olor. ¿En serio, tanta suciedad puede llegar acumularse? Pues sí, y es peor de lo que a muchos nos gustaría saber.
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El filtro del aire acondicionado, una "reserva biológica" para microorganismos
Debido al funcionamiento de estos aparatos, van recogiendo el aire de la habitación y haciéndolo pasar por un sistema de filtrado donde se acumulan los restos de polvo, esporas, polen, humos, grasa y en general todas las partículas que flotan en el ambiente.
Hasta aquí algo que podíamos imaginar fácilmente. Sin embargo, un nuevo estudio publicado por el Flinders University College of Science and Engineering ha mostrado cómo los filtros del aire acondicionado además son capaces de ir capturando las pequeñas gotitas de saliva que expulsamos al hablar, toser o incluso al respirar.
De hecho, los filtros son como una especie de base de datos temporal con la información del ADN de los habitantes de la sala, siendo posible recolectar, al más puro estilo CSI, muestras viables de dicho material genético de los filtros para usarlas en pruebas forenses en lo que se conoce como "environmental DNA" (eDNA).
Por supuesto, un aire acondicionado sucio alberga también restos de piel de las personas y animales que hayan pasado por su radio de acción, células que se quedan parcialmente adheridas al filtro, pero que en ocasiones son dispersadas de nuevo, junto con parte de esas microgotas de la respiración antes mencionadas de vuelta al aire de la habitación.
Esto puede ayudar a extender enfermedades entre los distintos miembros de la familia que estén en la sala, especialmente las que se contagian mediante virus y bacterias, ya que la distancia de seguridad deja de ser válida al esparcirse el aire por todos los rincones.
Cómo limpiar los filtros del aire acondicionado
Y, ¿cómo puedo limpiar los filtros del aire acondicionado para minimizar este problema? Pues hay varios trucos que podemos seguir, como este que veíamos hace unos meses. Pero en general el procedimiento es muy sencillo.
Tan solo hay que apagar el aparato o si podemos mejor desenchufarlo completamente, desmontar la rejilla protectora y así acceder a los filtros que se encuentran en el interior del equipo.
Si son filtros desechables, tan sólo debemos sustituirlos por otros, pero en el caso de ser filtros permanentes, debemos retirarlos y proceder con una limpieza. Podemos optar bien por colocarlos bajo la ducha y usar jabón, estropajo o alguna esponja o sumergir el filtro en una mezcla a partes iguales de agua y vinagre destilado e incluso echar unas gotitas de lejía o un desinfectante suave.
Dejamos que la mezcla actúe durante un tiempo y solo quedará dejarlos secar al aire y proceder a su colocación. Con este mínimo mantenimiento además vamos a lograr reducir la factura de la luz, ya que al no estar saturados los filtros no se necesita tanta energía para lograr la temperatura fijada.
Imagen portada | Aleks Michajlowicz
Más información | Flinders University | Analytical Science Journal
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