A la hora de fregar los platos tanto si tenemos lavavajillas como si no, los detergentes en formato líquido son una de las opciones a nuestra disposición, pero su utilidad va más allá de dejar la vajilla impoluta.
Formulados para eliminar la grasa y los residuos de alimentos de manera efectiva, cuentan además con otros componentes para por ejemplo dar buen olor o evitar dejar manchas blancas en platos y vasos, lo que a su vez hace que podamos usarlos para otras situaciones donde necesitamos un limpiador potente pero no queremos recurrir a la lejía, amoniaco o similares.
Diferentes usos del lavavajillas en la propia cocina
Limpiar encimeras sucias con restos de grasas es una de las posibilidades de estos detergentes líquidos, como comenta el fabricante Lagarto en su web: "el jabón para lavavajillas líquido es ideal. Aplica unas gotas sobre una bayeta húmeda y limpia encimeras o superficies de cocina con restos de grasa."
Funciona especialmente bien tras cocinar, antes de que se haya resecado, y si los restos de suciedad son muy profundos, están incrustados y antiguos podemos usar podemos acompañarnos de jabón en pasta o un desengrasante dedicado.
Fregar los suelos con restos de grasa en la cocina también es una de sus cualidades. Aunque es cierto que hay otros productos en el mercado pensados para esta tarea, si no los tenemos a mano podemos usar detergente para lavavajillas líquido en zonas donde los suelos acumulan grasa. Solo hay que añadir unas gotas de lavavajillas al cubo de fregar y listo.
Quitar manchas de grasa en la ropa es otra opción. Para ello solo hay que aplicar un poco de detergente líquido sobre la mancha antes de meterla en la lavadora y dejarla actuar unos minutos. Luego lavamos como de costumbre y la capacidad desengrasante nos ayudará a que salga mejor la mancha.
Limpiar ollas y sartenes con restos quemados en el fondo también es posible. Solo hay que cubrir con agua caliente el fondo y echar unas gotas de lavavajillas líquido. Dejamos actuar unos 10 minutos y frotamos suavemente para no rayar la olla.
Podemos limpiar y desengrasar los filtros de campana extractora. Es una tarea que conviene hacer varias veces al año y limpiarlos solo con agua del grifo no suele ser suficiente. Podemos meterlos en el fregadero con el tapón puesto, agua caliente y unas gotas de lavavajillas frotando suavemente y aclarando después.
Usos en el resto de la casa
Limpiar juguetes y objetos de plástico es otra de las cualidades de estos detergentes, que en general suelen ser suaves con estos materiales y aptos para que luego los usen los niños. Podemos hacerlo simplemente llenando un barreño con agua caliente y unas gotas de lavavajillas, metemos los objetos dentro y lavamos suavemente con una esponja.
Limpiar las persianas o estores sin usar lejía es posible gracias a la capacidad desengrasante del lavavajillas. Conviene previamente quitar bien el polvo y darle un repaso previo con agua sola para humedecer la suciedad. Luego ya con un barreño lleno de agua caliente con unas gotas de lavavajillas podemos ir limpiando las diferentes lamas de las persianas.
Limpiar muebles y puertas grasientas es otra posibilidad, sobre todo si cuentan con un barniz que soporte la limpieza con agua. Podemos usarlo por ejemplo para limpiar la puerta de la cocina o de los muebles sobre la encimera que suelen llenarse de grasa y suciedad.
Lavar objetos de uso cotidiano como mandos a distancia, ratones, teclados, mandos de juegos, etc. Una solución con agua tibia y lavavajillas puede hacer maravillas, aunque en este caso previamente habrá que quitar las pilas o baterías de los aparatos para que no se estropeen. Luego limpiamos bien frotando con un trapo o esponja y dejamos secar por completo antes de volver a poner las pilas.
Imagen portada | Shahin Mren
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