Cada verano suele haber una discusión típica en mi familia, y creo que nos somos los únicos: es conveniente abrir las ventanas para refrigerar la casa cuando hace mucho calor o mejor dejar todo cerrado.
Siempre suele haber un partidario de abrir las ventanas en cuanto hace algo de viento fuera, un poco de brisa que parece ser refrescante, y otro que afirma que es una mala idea porque va a entrar el calor. ¿Quién tiene razón?
Ventana abierta o cerrada si hace mucho calor calor
Abrir una ventana cuando hace brisa fuera es como encender un ventilador que va a empujar el aire exterior hacia dentro de la casa, algo que puede ser agradable en algunos casos, pero que dependerá de un factor principal: la temperatura que haga dentro y fuera de casa.
La brisa por sí sola no produce frío, solo mueve el aire y así produce una sensación de enfriamiento en un espacio determinado bajando lo que se conoce como sensación térmica personal hasta unos cinco grados, pero no van a reducir la temperatura de una habitación ni un solo grado por sí misma.
Pero para qué esta sensación de enfriamiento funcione correctamente hay que tener en cuenta un punto fundamental: el límite de temperatura bajo el cuál es efectiva esta medida. Si la temperatura del aire que queremos usar como refrigerante está por encima de nuestra temperatura corporal (unos 36ºC), usar este aire en movimiento no nos refrescará, e incluso producirá más sensación de calor.
Sería algo así como tratar de refrescarnos con el aire caliente de un secador de manos. Echa un chorro de aire sobre nosotros, sí, pero ese aire al estar por encima de nuestra temperatura corporal no nos va a refrescar en absoluto.
Este límite de temperatura puede variar según el experto al que preguntemos. Por ejemplo en este artículo desde el CDC recomiendan no usar ventiladores ni aire para refrescarnos si la temperatura en el interior de la casa es de menos de 32,2 ºC (90 °F). Desde el Departamento de salud de Nueva York explican que la refrigeración por aire ambiental es efectiva cuando está por debajo de la temperatura corporal (unos 35 - 36º C).
Entonces, ¿cómo decido si merece la pena abrir la ventana para dejar pasar la brisa de fuera? Pues el factor clave está en la temperatura que tengamos dentro y fuera de casa, algo que podemos conocer con un termómetro doble que nos informe de ambos parámetros a la vez, o con dos termómetros simples.
Si en la calle hace más calor que dentro de casa, abrir la ventana supondrá que subirá la temperatura dentro de la vivienda. Puede que durante los primeros minutos nada más abrir la ventana nos parezca que hace más fresquito si la temperatura exterior es inferior a 35 grados, porque bajaremos la sensación térmica, pero en realidad estaremos dejando pasar aire caliente que en pocos minutos terminará por agobiarnos más. Lo mejor en este caso será dejar todo cerrado.
Si en la calle hace igual o más fresquito que dentro de casa y estamos a menos de 35 ºC fuera entonces sí nos puede merecer la pena abrir la ventana para conseguir que se rebaje la temperatura dentro del hogar.
Imagen portada | cottonbro studio
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