Como preparar el aire acondicionado para el verano, cambiando o limpiando los filtros

Con la llegada del calor, el aire acondicionado se antoja como un electrodoméstico básico para muchos usuarios. Si estás pensando en instalar uno, te puede interesar conocer el tipo de gas que usa. Pero si por el contrario, vas a reactivar el que tienes en casa, ahora es un buen momento para comprobar el estado de los filtros y ponerlos a punto.

Los filtros que poseen todos los dispositivos de ventilación y depuración, son los encargados de de filtrar todas las impurezas que flotan en el aire, de ahí la importancia de mantenerlos siempre en un buen estado de conservación. Por eso vamos a ver cuales son los pasos necesarios para lograrlo, ya que el buen estado y limpieza de nuestro equipo puede incidir en nuestra salud.

Hay que limpiar nuestros equipos de vez en cuando o al menos al inicio de cada verano (entre 6 y 12 meses). Una limpieza de filtros es algo básico. Los filtros, es la parte del equipo que está situada en el split y que se encarga de retener y filtrar las partículas de polvo, las esporas de moho y otros organismos que son perjudiciales para la salud y que flotan en el aire del hogar.

Ya hemos visto como los filtros del aire acondicionado recogen y almacenan partículas de polvo, ácaros y bacterias. La limpieza o el cambio es necesario, puesto que si no llevamos a cabo esta acción se pueden generar problemas que dificultarán el buen funcionamiento del aparato y que pueden además provocar un mayor consumo energético al requerir más caudal de aire para enfriar la estancia. Pero antes de entrar en materia, es necesario conocer qué tipo de filtro tiene nuestro aire acondicionado.

Filtros, tipos y escala MERV

En este sentido, podríamos hacer una clasificación de los filtros que atiende a si son lavables o si para renovarlos debemos cambiarlos por otros nuevos. Además, hay distintos tipos de filtros, con tecnologías que cambian y mejoran constantemente siendo estos de la lista algunos de los más populares.

  • Filtro lavables (suelen ser de Nylon): es el habitual, un tipo que además es lavable con agua y jabón. En la clasificación MERV suelen contar con valores de 1 a 4.
  • Filtros de acero o aluminio: pueden lavarse y son los empleados sobre todo en máquinas de ventana más antiguas
  • Filtros de carbón activo: el más completo, un tipo de filtro que puede absorber olores y que debe ser reemplazado, no admitiendo el lavado cuando ha agotado su vida útil. Muy útiles cuando por ejemplo hay fumadores en casa.
  • Filtro HEPA: son los mejores con los que nos vamos a topar. Atrapan incluso las partículas más pequeñas y eliminan todos los alérgenos del aire interior. Pueden capturar hasta el 97% de todas las partículas, pero eso sí, los equipos que lo montan son más caros y menos eficientes energéticamente.
  • Filtros de plasma o neoplasma: capaces de purificar y desodorizar el aire, son un tipo de filtro más moderno.
  • Filtros de aire electrostáticos: un tipo que se sirve de la electricidad para atraer partículas cargadas y retenerlas dentro. No son lavables y tienen una vida útil de unos tres meses. Como efecto secundario estos dispositivos de precipitación electrostática producen ozono.

Además, todo estos filtros siguen una escala llamada MERV (Minimum Efficiency Reporting Value o Valor de Informe de Eficiencia Mínima). La calificación MERV más alta supone un mayor grado de filtración, de partículas de polvo y otros contaminantes. La mayoría de los sistemas de aire acondicionado de casa cuentan con un filtro clasificado entre MERV 8-13, lo que les permite eliminar adecuadamente los contaminantes en el aire. Por otro lado, los usados en entornos hospitalarios suelen usar un filtro MERV con un valor de 14-20, ofreciendo una mayor capacidad de filtrado. Esta escala nos puede dar una idea de la efectividad:

Valor del filtro

El filtro atrapará de forma eficaz, partículas de entre 0.3 y 1.0 micras

El filtro atrapará de forma eficaz, partículas de entre 1,0 y 3,0 micras

El filtro atrapará de forma eficaz, partículas de entre 3,0 y 10.0 micras

Tipos de partículas

MERV 1

Menos del 20%

Polvo, ácaros del polvo, polen, fibras de alfombras, insectos y algunos de sus desechos

MERV 2

Menos del 20%

Polvo, ácaros del polvo, polen, fibras de alfombras, insectos y algunos de sus desechos

MERV 3

Menos del 20%

Polvo, ácaros del polvo, polen, fibras de alfombras, insectos y algunos de sus desechos

MERV 4

Menos del 20%

Polvo, ácaros del polvo, polen, fibras de alfombras, insectos y algunos de sus desechos

MERV 5

Del 20% al 34%

Partículas de polvo más finas, esporas de moho, partículas de aerosoles y caspa de mascotas

MERV 6

Del 35% al 49%

Partículas de polvo más finas, esporas de moho, partículas de aerosoles y caspa de mascotas

MERV 7

Del 50% al 69%

Partículas de polvo más finas, esporas de moho, partículas de aerosoles y caspa de mascotas

MERV 8

Del 70% al 85%

Partículas de polvo más finas, esporas de moho, partículas de aerosoles y caspa de mascotas

MERV 9

Menos del 60%

85% o más

Emisiones de automóviles, humos de soldadura, polvo de plomo y bacterias más grandes

MERV 10

Del 50% al 64%

85% o más

Emisiones de automóviles, humos de soldadura, polvo de plomo y bacterias más grandes

MERV 11

Del 65% al 79%

85% o más

Emisiones de automóviles, humos de soldadura, polvo de plomo y bacterias más grandes

MERV 12

Del 80% al 89%

85% o más

Emisiones de automóviles, humos de soldadura, polvo de plomo y bacterias más grandes

MERV 13

Menos del 75%

90% o más

90% o más

Bacterias, partículas de humo, gotas de aceite y partículas finas de los estornudos

MERV 14

Del 75% al 84%

90% o más

90% o más

Bacterias, partículas de humo, gotas de aceite y partículas finas de los estornudos

MERV 15

Del 85% al 94%

90% o más

90% o más

Bacterias, partículas de humo, gotas de aceite y partículas finas de los estornudos

MERV 16

95% o más

90% o más

90% o más

Bacterias, partículas de humo, gotas de aceite y partículas finas de los estornudos

MERV 17

n/a

n/a

n/a

Pueden atrapar virus, polvo de carbón y las partículas de humo más pequeñas

MERV 18

n/a

n/a

n/a

Pueden atrapar virus, polvo de carbón y las partículas de humo más pequeñas

MERV 19

n/a

n/a

n/a

Pueden atrapar virus, polvo de carbón y las partículas de humo más pequeñas

MERV 20

n/a

n/a

n/a

Pueden atrapar virus, polvo de carbón y las partículas de humo más pequeñas

Limpieza de los filtros

Una vez conocemos los tipos de filtros, lo más habitual es que nuestro sistema de aire acondicionado cuente con filtros reemplazables. En este caso, tenerlos siempre a punto es lo más fácil y económico.

Lo habitual es cambiar o limpiar los filtros del aire acondicionado o la bomba de calor cada seis o doce meses (si tenemos mascotas suele ser cada seis meses), plazos que hacen que coincida con el cambio de las estaciones frías a las de calor, si bien también se puede hacer cuando notemos que estos están deteriorados. Y ya se trate cambiarlos o limpiarlos, el proceso es muy fácil.

Para saber si ha llegado el momento de cambiar el filtro, sólo es necesario abrir la tapa del split para acceder a la rejilla protectora. El filtro puede ser uno sólo o constar de dos o tres unidades independientes.

Tan solo debes desmontar la rejilla protectora (la forma según el fabricante puede variar) y así acceder a los filtros (o filtro) que se encuentran en el interior del aparato. Sólo hay que levantar ligeramente el filtro para desenganchar la parte inferior y tire del mismo para hacer que salga del split.

Si son filtros desechables, lo que tenemos que hacer es cambiarlos por unos nuevos. Si por el contrario, son filtros permanentes, debemos retirarlos y proceder con una limpieza.

Para limpiar un filtro lavable, lo ideal suele ser colocarlos bajo la ducha o el grifo y limpiarlos con agua templada y un poco de jabón. Otra solución pasa por sumergir el filtro en una mezcla a partes iguales de agua y vinagre destilado (similar a lo que podemos usar para quitar la cal de un hervidor) de forma que tras dejar que la mezcla actúe durante un tiempo sólo quedará el dejarlo secar al aire y proceder a su colocación.

Con este mínimo mantenimiento podemos atajar dos problemas de una sola vez: mejorar la calidad del aire que respiramos y de paso reducir la factura de la luz, ya que al no estar saturados los filtros no se necesita tanta energía para lograr la temperatura que tenemos marcada.

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