Llega el momento de combatir el frío invernal. Opciones hay muchas y hemos visto algunas que por ejemplo, no consumen ni gas ni electricidad. Una alternativa a los sistemas de aerotermia, bombas de calor, suelos radiantes, estufas de mica, chimeneas o lo que ahora veremos, estufas de pellets pero muy especiales.
De este tipo de estufas ya hemos hablado en muchas ocasiones. Dispositivos de calefacción que utilizan pellets de madera comprimidos (pequeños cilindros de material compactado, generalmente hechos de residuos de madera, como aserrín y virutas) como combustible. Las estufas de pellets son una opción popular para la calefacción residencial debido a su eficiencia y su naturaleza sostenible, pero lo que quizás no sabes es que hay modelos que funcionan sin electricidad.
Sin componentes eléctricos
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Y es que aunque no sea muy conocido, la mayoría de las estufas de pellets requieren electricidad para funcionar. La electricidad se utiliza para alimentar componentes como el ventilador, el motor que mueve los pellets desde el contenedor hasta la cámara de combustión, y en algunos casos, para sistemas electrónicos de control y encendido.
Aunque la mayoría de las estufas de pellets son semiautomáticas o automáticas, dependiendo de la marca y el modelo, es básico que estén enchufadas para realizar diversas funciones clave, como la ignición inicial, la regulación del suministro de pellets y la distribución del calor.
Por eso es algo importante y a tener en cuenta al instalar una estufa de pellets, ya que, en caso de cortes de energía, la estufa puede dejar de funcionar. Algunos modelos pueden tener baterías de respaldo o sistemas de arranque manual que permiten encender la estufa en caso de falta de electricidad. Pero lo que quizás no sabes, es que hay modelos que funcionan sin electricidad.
Las estufas de pellets que no dependen de electricidad para funcionar suelen ser modelos más simples y mecánicos. A diferencia de las estufas de pellets convencionales que utilizan electricidad, las versiones sin electricidad dependen de mecanismos manuales y naturales para operar.
La clave es la convección natural
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Este tipo de estufas se basan en mecanismos manuales y se ayudan de la convección natural. En lugar de depender de ventiladores eléctricos para distribuir el calor, estas estufas confían en la convección natural para dispersar el calor generado por la combustión y así favorecer el flujo del aire.
Este mecanismo natural se basa en la diferencia de densidad entre las áreas calientes y frías de un fluido (líquido o gas), lo que provoca un movimiento natural del aire que distribuye el calor. En este caso, cuando el aire se calienta, sus moléculas se vuelven más energéticas y tienden a separarse, lo que disminuye la densidad del fluido caliente. Esta cambio, en comparación con el fluido más frío circundante provoca que el fluido caliente tienda a subir llevando consigo parte del calor.
A medida que el aire caliente asciende, crea un vacío en la parte inferior, lo que permite que el fluido más frío circule hacia abajo para ocupar el espacio dejado por el fluido caliente. Este proceso completa el ciclo de convección y crea una corriente de convección continua, donde el calor se transfiere desde la fuente caliente a áreas más frías del fluido y del entorno.
En el caso de la convección natural en el aire, por ejemplo, este proceso es visible cuando colocas un radiador cerca de una pared fría. El aire junto al radiador se calienta, asciende, y al enfriarse, desciende cerca de la pared fría, creando una corriente de convección que distribuye el calor en la habitación.
Encendido a mano
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En lugar de depender de un sistema eléctrico para la ignición, estas estufas suelen tener métodos manuales para encender el combustible (cerillas, mecheros...) y la carga de pellets es también manual, dónde el usuario deberá cargar manualmente los pellets en la estufa cuando sea necesario) en lugar de tener un sistema eléctrico para alimentar y cargar la estufa.
En este caso, y dada la ausencia de un mecanismo que se encargue de cargar el pellet, todo de basa en un sistema en el que el combustible (pellet) cae por la simple gravedad a la zona de quemado y al hacerlo desplaza las cenizas que se habían generado antes. un ciclo que se repite continuamente.
Algunas estufas de pellets sin electricidad pueden contar con controles mecánicos o manuales para regular la velocidad de la combustión y por lo tanto la cantidad de calor generado, aprovechando así la convección natural para dispersar el calor generado por la combustión.
Ventajas de este tipo de estufas
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Entre la ventajas que aportan este tipo de estufas hay que destacar, en primer lugar el ahorro económico, puesto que al no depender de electricidad para funcionar, su uso termina impactando en la factura de la luz generando un ahorro al cabo del año.
Por otro lado, al no contar con dispositivos electrónicos, la necesidad de un mantenimiento será menor y además, no precisan de un instalador que se encargue de poner en marcha la estufa.
Además, al no contar con elementos mecánicos ni automatizaciones, este tipo de estufas son más silenciosas que otras estufas del mismo tipo que si funcionan con electricidad y que cuentan con turbinas y ventiladores.
Dicho todo esto, es importante tener en cuenta que las estufas de pellets sin electricidad pueden tener algunas limitaciones en comparación con las versiones eléctricas. Por ejemplo, pueden requerir más atención y participación activa por parte del usuario, y es posible que no ofrezcan las mismas comodidades en términos de control de temperatura y automatización. Además, el rendimiento y la eficiencia pueden variar según el diseño específico de la estufa.
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