Bombas de calor portátiles sin obra ni instalación como calefacción para casa: estas son sus principales ventajas e inconvenientes

Su sencillez de instalación y uso ocultan ciertas desventajas que conviene conocer antes de comprarlas y llevarlas a casa

Paco Rodríguez

Editor Senior

Llega otra vez la época de frio y si no contamos ya con un sistema de calefacción central en la vivienda puede que comencemos a plantearnos la compra de algún equipo adicional, ya sea para dar servicio a toda la casa o bien de forma auxiliar al que ya tengamos instalado.

Y en este sentido una de las opciones que están cubriendo un amplio sector del mercado son los equipos de climatización portátiles con bomba de calor, no confundir con los climatizadores evaporativos, dada su versatilidad y capacidad para ofrecer además frío en verano.

Son equipos que sobre el papel ofrecen unas prestaciones estupendas a la hora de darnos versatilidad de uso y potencia calorífica o de refrigeración en el caso que queramos usarlos en la época estival. Sin embargo, cuando los usas durante un tiempo te das cuenta de que no es oro todo lo que reluce.

¿Qué ventajas e inconvenientes presentan este tipo de equipos si los comparamos con otros sistemas como las bombas de calor fijas que requieren instalación? Vamos a verlo y además de los rasgos generales repasaré mi experiencia con varios de estos equipos, en concreto con dos modelos de la marca De'Longhi y últimamente con el Daitsu APD12-HR que cuenta con bomba de calor de 2.930 vatios.

Bomba de calor portátil: principales ventajas

Imagen: Adamson

Las bombas de calor portátiles son básicamente sistemas de aire acondicionado compactos que tienen un funcionamiento similar al de los fijos, con un sistema de compresión integrado bajo su carcasa en lugar de estar fuera de la vivienda.

A diferencia de los modelos de pared o suelo, éstos no necesitan la instalación de un técnico especializado, ya que basta con situarlos cerca de una ventana o una puerta y sacar un tubo de extracción del aire frío al exterior (hay modelos más complejos con varios tubos).

Por tanto no requieren de la visita de un técnico y nos ahorramos ese proceso que además supondrá un coste adicional.  Esto abarata su coste, que además es más reducido que los modelos fijos, teniendo modelos en el mercado por menos de 400 euros.

Son también equipos más versátiles que los fijos, puesto que no estamos limitados a un uso en un sitio concreto. Podemos moverlos de habitación si lo necesitamos y guardarlo cuando no lo utilicemos e incluso cambiarlo de vivienda y llevarnos con nosotros la inversión que hemos hecho.

Imagen: Cecotec

También es una forma sencilla de tener una bomba de calor en casa en situaciones donde no nos está permitido instalar uno fijo, por ejemplo porque estamos de alquiler y no nos deja el propietario, cuando la comunidad de vecinos no nos da permiso, en segundas residencias, etc.

En los últimos años los fabricantes han ido incorporando más funcionalidades y en el mercado podemos encontrar modelos que a la bomba de calor y el aire acondicionado añaden sistemas de deshumidificación que pueden venirnos muy bien en invierno.

Y su capacidad para generar calor, ¿es realmente buena? Pues la potencia de calefacción dependerá ya de cada modelo concreto, pero en el mercado encontramos modelos que superan fácilmente las 2.000 frigorías/calorías, suficiente, en teoría, para salas de más de 20 m2 (en el siguiente apartado veremos por qué solo en teoría y no en la práctica).

En cuanto al mantenimiento, es muy sencillo, ya que solo hay que abrir el aparato y limpiar los filtros o incluso la bandeja o el depósito de acumulación de agua una o dos veces por temporada, algo que no lleva más de 5 o 10 minutos.

Bomba de calor portátil: principales inconvenientes

Según mi experiencia con este tipo de equipos durante unos cuantos años de uso continuado, tres son las principales desventajas que presentan: ocupan un considerable espacio, tienen una eficiencia energética muy pobre con respecto a un modelo fijo y son muy, muy ruidosos.

Empezando por la cuestión del espacio, en general estas bombas de calor portátiles son como pequeños frigoríficos que es necesario ubicar en la sala donde vayamos a usarlos. Si bien los equipos modernos son mucho más compactos que los de hace 10 años, el hecho de tener que sacar el tubo al exterior al final nos obliga a ponerlo cerca de una ventana (o de una chimenea si la tenemos) y en posiciones que no siempre son las más adecuadas para pasar desapercibido.

Por ello es frecuente que nos encontremos con que la única ubicación válida para el equipo esté en un lugar que no nos interesa, en una zona de paso, detrás de un mueble o simplemente no en el lugar donde queremos que produzca el aire caliente.

En cuanto a la eficiencia energética, como ya comenté más en profundidad en este artículo cuando cambié de un modelo portátil a uno fijo, es uno de los factores que más noté a favor del fijo, claro.

El problema con estos equipos portátiles es doble. Por un lado el tubo que expulsa el aire al exterior también radia parte de ese frío dentro de la habitación, al ser generalmente un conducto de plástico sin ningún tipo de aislamiento. Pero además se suelen dañar con cierta facilidad si los ponemos y quitamos con frecuencia, teniendo que comprar un repuesto o tirar de cinta americana para cubrir las grietas.

En la mayoría de modelos del mercado con un único tubo al exterior el sistema recoge el aire ya calentado de la sala y lo usa para el ciclo de intercambio de calor expulsándolo fuera, por lo que estamos desperdiciando una buena parte de la energía que ya hemos gastado en calentar el aire.

Además, aunque suele venir algún adaptador para tapar el espacio de la ventana o puerta entreabierta donde instalamos el equipo, siempre quedan huecos por los que se escapa el calor, entrando aire frío del exterior. Y también tenemos molestas corrientes de aire que incrementan la sensación de frío en la casa.

En cuanto al tercero de los grandes inconvenientes, el ruido, por mucho que ponga en la publicidad o en la caja que son silenciosos o que tienen un modo silencioso para poder dormir bien por la noche, por mi experiencia os diré que no lo son. La mayoría de modelos sobrepasan con soltura los 50-60 dB, cifras muy superiores a los 24-25 dB recomendados para dormir con el aparato encendido por la noche.

Si no podéis ponerlo a más de 7-8 metros de distancia de donde estéis sentados o tumbados probablemente el ruido será una gran molestia incluso en el uso diario, más aún si queremos un equipo para dormir con el encendido.

Imagen portada | Cecotec ForceClima 9400

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