Muchas veces dejarlo todo como sería teóricamente perfecto no es la mejor opción y debemos ajustar los parámetros en función del espectador concreto que disfrutará del equipo
Navidad suele ser una época del año donde nos reencontramos con nuestros seres queridos, muchas veces yendo de visita a casa de familiares y amigos que no hemos visto en largo tiempo y donde si tenemos fama de aficionados a la imagen y el sonido probablemente nos espere más de una encerrona: ajustar y configurar las teles y barras de sonido de nuestros allegados.
Hay veces que nos lo piden directamente, y otras nos ponemos manos a la obra cuando notamos algo raro en la imagen o el sonido, una situación de lo más frecuente con personas mayores, o no tan mayores, pero que no quieren meterse en líos de configuraciones y dejan los equipos tal cual vienen de fábrica o después de actualizarse.
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Lo básico para que la Smart TV se vea mejor
Aunque en el caso de las teles lo ideal sería con tiempo y ganas hacer una buena calibración con más detalle o por lo menos pasando una serie de vídeos con patrones básicos, si no queremos ponernos a ello por lo menos sí hay otras cosas que podemos hacer para mejorar la calidad general de la imagen.
Seleccionar un modo de visualización adecuado es el primer paso importante. Lo habitual en algunos modelos es que por defecto se active al encender el aparato o tras una actualización importante un modo de funcionamiento llamado "estándar" o "dinámico", ambos pensados para resultar llamativos, con colores muy vivos y saturados que nos agradarán en un primer vistazo, pero a la larga, cuando ya llevemos unos minutos u horas con la tele nos acabarán cansando.
Estos modos suelen poner todas las funciones de la tele a trabajar, con brillos, colores y contrastes al máximo, así como con un procesado de la imagen que puede resultar vistoso pero también artificial. Por ello, lo primero que podemos hacer es cambiar a un modo que represente la imagen y el sonido de forma más fiel a la señal original.
Es el caso por ejemplo del modo "cine", "película" o el más moderno "cineasta o filmmaker". El modo "cine" suele ser el más equilibrado de todos, y algo más vistoso que el cineasta, permitiendo colores más saturados y aplicando cierto postprocesado a las imágenes para mejorar su contraste y nitidez, pero sin pasarse.
A partir de ese modo luego ya es posible comenzar, si es que queremos afinar más, con el proceso de calibración, ajustando otros parámetros para dejarlo todo a nuestro gusto. Es el caso del contraste y el brillo, los dos más importantes en cuanto a calidad de imagen percibida que podemos ajustar fácilmente siguiendo estos vídeos de YouTube.
Acabar con el efecto "telenovela" también es fundamental. Suele estar causado por el exceso de procesamiento de funciones con nombres como "True Motion", "Auto Motion", "Motion smoothing", "Motion Flow", "Intelligent Frame Creation", etc.
Si las activamos añaden mayor suavidad en movimientos de objetos lentos por la pantalla y también aportan más nitidez y definición de los textos y objetos aislados que se desplazan por la pantalla lentamente. Sin embargo, como ya vimos aquí no todo es positivo, ya que lo más probable es que nos dé la sensación de que la imagen está grabada con una cámara de baja calidad o muchas veces rodado como si lo estuviésemos pasando a cámara rápida. Apagarlas o dejarlas al mínimo suele ser la mejor opción para evitarlo.
Tener mal configurada la luz de fondo de la tele suele ser otro de los problemas más frecuentes. En salas muy luminosas y para uso de la tele durante el día, conviene subir este parámetro "todo lo que podamos" para mostrar el máximo potencial que el panel sea capaz de ofrecernos, sobre todo si queremos utilizar contenidos con alto rango dinámico o HDR.
Este "todo lo que podamos" entre comillas tiene varias contrapartidas. Para empezar un mayor consumo eléctrico, ya que estaremos forzando a los LED y OLED a utilizar una mayor potencia eléctrica. Pero además, en el caso de que nuestra tele sea OLED estaremos acortando la vida útil de sus píxeles e incrementando el riesgo de retenciones y quemados.
De ahí que debamos valorar en qué situaciones y para qué contenidos merece la pena este esfuerzo extra. Por ejemplo, si el uso habitual que nuestro amigo o familiar hace de la tele es ver las noticias o un programa de concursos lleno de logotipos, quizá lo mejor sea poner la luz OLED a entre un tercio y la mitad de su potencia máxima para que no le aparezcan retenciones ni quemados.
En salas oscuras y si el uso es por la tarde-noche, entonces podemos optar por valores de la luz de fondo más bajos con los que ahorraremos energía y alargaremos la vida útil de los paneles.
Lo básico para que la Smart TV y barra de sonido suenen mejor
Si la tele o barra de sonido de nuestro familiar es de gama media-alta probablemente cuente con algún sistema de corrección acústica de sala, una función muy útil a la hora de adaptar las capacidades de los altavoces a las características de nuestra habitación.
El corrector acústico es fundamental para minimizar las deficiencias sonoras de la sala variando la amplitud de las señales en cada rango de frecuencias en función de las características de la sala y los altavoces y analizando la respuesta temporal de los altavoces y de la sala a la hora de realizar los ajustes.
El resultado debería ser un sonido que idealmente elimina los picos de graves, tiene una respuesta más equilibrada y sobre todo ofrece un sonido en fase desde todos los altavoces instalados, algo fundamental para un audio con pegada y para distinguir los efectos con claridad.
Y sí, conviene que ejecutemos dicha función tanto al estrenar una nueva tele como cuando hagamos un cambio en la decoración de la sala, como nuevos muebles, cortinas, alfombras, etc. Además, para hacerlo hay que estar en absoluto silencio, así que es una buena excusa para invitar amablemente a que se vaya la gente del salón durante unos minutos para tener el máximo de silencio.
Elegir el mejor modo de sonido disponible. Son diferentes ecualizaciones y efectos aplicados de fábrica para conseguir un cierto ambiente o sensación con distintas configuraciones, por ejemplo una para películas de ciencia ficción, otra para pelis de acción, deportes, para simular estar en un concierto, etc.
Dependiendo del fabricante, encontraremos distintas opciones preconfiguradas en el apartado de sonido y sí, merece la pena probarlas todas, ya que puede que alguna se adapte mejor a nuestra situación o a lo que estamos buscando. También conviene probar todas las opciones especiales que nos ofrezca el fabricante en el menú de configuración del apartado sonoro.
Por ejemplo, en alguno televisores tenemos la opción de cambiar el sonido a 'Estándar', 'Optimizar', 'Mejora de diálogos' o 'Amplificar', o contamos con algún sistema específico para música, sonido ambiental o envolvente que conviene probar para ver si mejora la respuesta de los altavoces.
Ecualizar en función de las características auditivas del amigo o familiar puede hacer maravillas. Se trata básicamente de variar la amplitud de las señales en cada rango de frecuencias disponible tratando de obtener no una respuesta plana como haría un audiófilo, sino una adaptada al usuario final del equipo.
Esto es útil sobre todo en el caso de personas mayores que han ido perdiendo capacidad de audición con los años, personas con problemas auditivos o simplemente para poder regular mejor la escucha en pisos con vecinos que suelen quejarse por los ruidos. Se trata básicamente de hacerles la escucha algo más fácil aunque a nosotros pueda parecernos que el sonido está desvirtuado.
En estas situaciones lo que suele funcionar mejor es elevar las frecuencias medias y altas unos cuantos decibelios por encima de lo que sería la respuesta plana (entre 3-6 dB suele ser suficiente) y bajar los graves, de forma que se puedan distinguir mejor sonidos como las voces o instrumentos musicales aunque a costa lógicamente de alterar la respuesta ideal.
Para ello podemos ir al ecualizador de la tele o de la barra, suelen tener uno aunque sea un poco básico, y con nuestro familiar delante ir variando las diferentes frecuencias ligeramente para que nos diga cómo lo escucha más nítido y claro, prestando especial atención a la escucha de los diálogos en películas y programas de tertulias, por ejemplo. Así conseguiremos que puedan comprender mejor las conversaciones sin tener que subir el volumen al máximo.
También podemos tratar de recolocar algunos de los equipos que suelen irse acumulando bajo la tele, como el router, el receptor de la TDT, un reproductor multimedia, el decodificador de la operadora por cable, etc.
Las teles modernas en general montan sus altavoces en la parte inferior de la misma, teniendo salida directa los drivers hacia la parte de abajo. Si ponemos obstáculos frente a los woofers de la tele lo que nos encontraremos es que perderemos frecuencias medio-agudas y obtendremos un sonido menos nítido.
En nuestro caso de una visita rápida a la casa de un familiar quizá no podamos ponernos a cambiar de sitio los diferentes dispositivos, aunque sí podremos hacer alguna pequeña modificación o si no por lo menos recomendar que los quiten ellos despejando la salida de los altavoces.
Imagen portada | Xataka
En Xataka Smart Home | La "luz de fondo" de tu tele: qué es, en qué se diferencia del "brillo" y cómo ajustarla correctamente
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