Si usas olla exprés en casa, ojo con la goma: estas señales indican que está desgastada y conviene cambiarla para evitar problemas

Puede que en casa tengas una olla exprés (a presión). Es un básico en muchos hogares porque permite preparar platos en mucho menos tiempo. De hecho, podría decirse que es algo así como la “abuela” de los robots de cocina. Y aunque su uso es sencillo, hay un elemento fundamental para que funcione correctamente y con seguridad: la goma.

La olla exprés trabaja con niveles elevados de presión, y la goma que rodea la tapa es la encargada de sellar bien el cierre y evitar fugas. Cuando esta pieza no está en buen estado, el riesgo aumenta. En el peor de los casos, una goma deteriorada puede provocar que los platos tarden más en cocinarse e incluso accidentes en forma de explosiones, por lo que revisar su estado no es algo que deba tomarse a la ligera.

Por eso es importante conocer las señales que indican que la goma ya no cumple su función. Aunque muchos no lo tengan en cuenta, se trata de una pieza que se desgasta con el uso y que conviene sustituir de forma periódica para cocinar con tranquilidad y seguridad.

Cuándo hay que reemplazar al goma

La frecuencia de sustitución depende mucho del uso que le des. Si utilizas la olla casi a diario, lo ideal es cambiar la goma cada 6 a 12 meses y seguir las instrucciones de cada fabricante. Con un uso más normal, una vez al año suele ser suficiente. Y si la usas de forma ocasional, puedes estirar el cambio hasta dos años, aunque siempre conviene revisarla antes de cocinar para asegurarte de que está en buen estado. Y hay aspectos en los que fijarse.

Señales visibles y al tacto

Una de las pistas más claras es la pérdida de vapor por los laterales de la tapa durante la cocción, lo que indica que el cierre ya no es estanco. También puede apreciarse un cambio de color: la goma se ve apagada, manchada o distinta a una nueva. Al tocarla, no debería estar dura ni pegajosa; si ha perdido flexibilidad o está rígida, es señal de desgaste. 

Otro síntoma habitual es la deformación: cuando ya no encaja bien en su alojamiento o parece dada de sí. Además, si al colocar la tapa y agitarla notas que la goma se mueve o suena, probablemente se ha encogido y ya no sella como debería.

Problemas durante el uso

Cuando la goma no está en buen estado, la olla empieza a dar problemas. El más común es que tarde más en cocinar, porque no consigue alcanzar la presión adecuada. En otros casos, aunque la tapa esté bien cerrada, la válvula no sube o no mantiene la presión, lo que indica que el vapor se está escapando por el cierre.

Cómo usar correctamente la olla exprés

La olla exprés no es peligrosa si se usa correctamente, pero conviene manejarla con respeto. Basta con prestar atención a unas normas básicas de uso:

Revisa que esté en buen estado

Las ollas a presión actuales incorporan varios sistemas de seguridad que evitan situaciones peligrosas incluso si se comete algún error. Los problemas suelen aparecer con modelos antiguos o con ollas que no se han mantenido correctamente. 

Por eso conviene comprobar de forma periódica que la válvula funciona con normalidad, que no está bloqueada y que la goma del cierre no presenta grietas ni signos de desgaste. También es importante asegurarse de que la tapa encaja y cierra correctamente. 

En el caso de ollas más antiguas, estas comprobaciones son todavía más importantes, ya que sus sistemas de seguridad son más limitados.

No la llenes en exceso

Uno de los errores más comunes es sobrellenar la olla. Los fabricantes son claros al respecto: no debe llenarse nunca por encima de dos tercios de su capacidad, ni con alimentos ni con líquidos. Esto permite que el vapor circule correctamente y evita que la válvula pueda obstruirse.

Si vas a cocinar alimentos como legumbres o arroz, que aumentan de volumen al absorber agua, es mejor ser aún más prudente y no superar la mitad de la capacidad de la olla.

Reduce el fuego cuando coja presión

Cuando la olla alcanza su nivel máximo de presión —ya sea porque aparece la señal en la válvula o porque empieza a girar y emitir sonido— es momento de bajar la intensidad del fuego. Las válvulas están diseñadas para liberar presión y evitar riesgos, pero mantener el fuego al máximo no aporta nada: solo aumenta el consumo de energía y, si hay algún fallo en juntas o válvulas, puede generar problemas.

Espera antes de abrirla

Aunque las explosiones son poco frecuentes, las quemaduras sí son más habituales y casi siempre se producen por abrir la olla demasiado pronto. Nunca debe abrirse mientras conserve presión. Lo ideal es esperar a que la válvula baje o deje de girar y, además, aguardar unos minutos para que el contenido pierda temperatura.

Antes de destaparla por completo, conviene moverla ligeramente para liberar posibles burbujas de vapor. La mayoría de los accidentes llegan por las prisas, cuando el líquido aún está hirviendo y puede salpicar, provocando quemaduras evitables.

Nunca abrir mirando hacia la cara

Una advertencia que hacen los fabricantes es que nunca hay que abrir la olla a presión con el interior de la tapa en dirección hacia nosotros, hacia la cara, ya que puede contener vapor muy caliente en el interior y provocar quemaduras.

Ventajas de la olla a presión

La gran ventaja de la olla a presión es que ahorra mucho tiempo en la cocina: los platos se hacen hasta tres veces más rápido que con métodos tradicionales. Pero no es solo cuestión de rapidez y así lo destacan los expertos, ya que al cocinar con la olla bien cerrada y usando menos agua, los alimentos conservan mejor su sabor y sus propiedades, se oxidan menos y el resultado suele ser más sabroso.

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