La escobilla de baño tradicional tiene una competencia mejor: más higiénica, fácil de lavar y mucho más resistente

Los nuevos modelos cambian las cerdas de nailon por la silicona, más fácil de limpiar y más higiénica

Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Si hay un elemento clásico en la mayoría de los baños, es la tradicional escobilla. Ese compañero inseparable del inodoro que sirve para retirar restos e impurezas, pero que al mismo tiempo puede convertirse en una auténtica fuente de malos olores y en un refugio perfecto para bacterias y gérmenes.

Sin embargo, cada vez está ganando terreno una alternativa económica y fácil de encontrar, capaz de dejar atrás los inconvenientes de las escobillas de siempre. Es más higiénica, más resistente y cumple mejor su función de mantener el inodoro limpio.

En lugar de nailon, silicona

Foto de Karola G

Estamos tan acostumbrados a ver junto al inodoro la típica escobilla que casi forma parte del paisaje. Lo habitual es que estén hechas de plástico y metal, con un cabezal lleno de cerdas de nailon. El problema es que este tipo de cepillos tienden a acumular suciedad con facilidad.


Poco a poco están apareciendo opciones más modernas y eficaces, que apuestan por las cerdas de silicona, consideradas más limpias, y por mangos de madera.

La silicona resulta más higiénica porque no es porosa y se enjuaga muy rápido. La madera que se utiliza tanto en el mango como en el cepillo, muchas veces combinada con fibras vegetales como las de agave (conocidas como “tampico”) o las de coco, aporta un plus de sostenibilidad.

Estos nuevos modelos llaman la atención por su superficie flexible, que evita que la suciedad se quede pegada. Se aclaran en un momento y se secan enseguida, lo que ayuda a prevenir la aparición de bacterias y otros microorganismos. Además, su diseño ergonómico facilita llegar a rincones complicados —como el interior del borde del inodoro— con menos esfuerzo y sin necesidad de utilizar productos adicionales.

Los mejores trucos para limpiar el inodoro

Imagen | María Fernández en TikTok

Ya hemos visto en distintos artículos, varios métodos para acabar con la suciedad del inodoro. Uno de ellos pasa por usar una mezcla de sal, bicarbonato y aceite esencial y verter la mezcla en la taza del inodoro, cubriendo bien las paredes. Se deja actuar toda la noche. Al día siguiente se vierte agua caliente (no hirviendo) antes de tirar de la cadena. Este método ayuda a disolver cal, eliminar bacterias y prevenir malos olores. 

Otro truco que vimos pasa por usar papel de cocina empapado en vinagre para manchas de sarro en el borde. Sirve para eliminar las manchas amarillentas de sarro del borde de la taza. Para usarlo hay que empapar papel de cocina en vinagre blanco o vinagre de limpieza concentrado, colocarlo sobre los bordes afectados, dejar actuar toda la noche, y al día siguiente retirar el papel. El ácido acético del vinagre ayuda a romper los depósitos minerales. 

Para esas típicas “líneas amarillas” que aparecen justo por la acumulación de minerales (cal, magnesio) en las paredes internas puedes usar el truco de la taza de vinagre y bicarbonato. Vacía la taza de agua para que los productos actúen directamente, rocía vinagre de limpieza sobre la zona afectada y espolvorea bicarbonato de sodio encima; se generará una reacción efervescente que ayuda a despegar la suciedad.

Foto de portada | Max Vakhtbovycn

Vía | La Razón

En Xataka SmartHome | María Fernández, experta en limpieza, nos enseña el truco para eliminar el sarro del inodoro: “Rellena los bordes con papel de cocina”

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