Este fin de semana ha sido muy productivo para mí. He aprovechado el tiempo para ordenar cajones y organizar los archivos en mi ordenador, combinando ambas tareas. Mientras lo hacía, encontré varios pendrives que ya no utilizo y algunos cargadores de móvil que también están en desuso. Esto me llevó a realizar un experimento algo peculiar.
Recientemente, cambié de ordenador y descubrí que algunos de mis pendrives, en lugar de tener conexión USB-C como mi nuevo equipo, aún utilizan el clásico USB-A. Aunque tengo un par de adaptadores para salvar esta incompatibilidad, muchas de esas memorias USB han quedado obsoletas. Por curiosidad, decidí probar qué sucede si conecto una memoria USB a un cargador de móvil y lo enchufó a la corriente.
He conectado un pendrive a un cargador de móvil: esto es lo que pasó
Me gusta experimentar, pero no suelo aventurarme en territorios completamente desconocidos. Por eso, para realizar esta prueba, opté por usar una memoria USB de baja capacidad que ya no utilizaba. No tenía sentido arriesgar un pendrive de mayor capacidad, como uno de 4 GB.
Para el experimento, utilicé un cargador múltiple de 100 vatios que tengo guardado y una memoria USB tipo stick (ya no la uso), en la que previamente había guardado algunos archivos. Al principio, me preocupaba un poco la posibilidad de que la prueba causara algún problema eléctrico en casa, como un cortocircuito o que saltara el diferencial. También tenía dudas sobre si la memoria USB podría dañarse en el proceso.
Absurdo pero interesante. Al igual que hemos visto con el uso de los puertos USB del router o de la televisión para conectar dispositivos, enchufar una memoria USB a un cargador de móvil parece carecer de sentido. No es posible leer la información con el cargador ni cargar la memoria con energía. Sin embargo, me intrigaba comprobar el resultado.
Tras unos minutos con la memoria USB conectada al cargador, y este enchufado a la pared, no ocurrió nada alarmante (aquí puedes ver lo que pasa). La instalación eléctrica de casa no sufrió ningún problema, y no se produjo ningún cortocircuito y la memoria USB tampoco se sobrecalentó.
Después, decidí probar la memoria USB en el ordenador, utilizando un adaptador de USB-A a USB-C. Para mi sorpresa, seguía funcionando perfectamente: pude copiar y pegar archivos sin ningún inconveniente.
Esto es lo que realmente ocurre. Cuando conectas una unidad flash USB a un cargador de móvil o cualquier dispositivo que proporciona energía a través de un puerto USB, esta se conecta automáticamente a la toma de tierra y recibe los 5V necesarios para activarse. En ese momento, la memoria USB se enciende y entra en un estado de espera para la transferencia de datos, una función que solo puede desempeñar un dispositivo maestro, como un ordenador. La mayoría de los cargadores USB no activan los pines de datos, por lo que no ocurre ninguna transferencia. Sin señales de un dispositivo anfitrión, el controlador de la memoria USB simplemente permanece en modo de espera.
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