Llegan las fiestas navideñas y mi frigo no da más de sí: trucos para mejorar su rendimiento

Si vamos a darle un uso intensivo a nuestra nevera en Navidad, esto es lo que podemos hacer para que enfríe y conserve bien los alimentos

Los frigoríficos modernos cuentan en su interior con múltiples funcionalidades con las que ayudarnos a conservar mejor los alimentos y tener bien fresquitas nuestras bebidas y aperitivos favoritos. En general, y salvo que tengamos una avería, la mayor parte del tiempo son equipos que funcionan correctamente sin dar problemas.

Pero cuando llegan temporadas de mucho calor como el verano o fechas de uso intensivo como Navidad, puede que nuestro querido frigo no dé más de sí y parezca que no enfría lo suficiente. ¿Qué podemos hacer para extraer todo su potencial?

Revisar burletes y hacer mantenimiento previo

Algunos frigoríficos modernos vienen con unas rejillas cubiertas por un plástico y no hay mucho que limpiar, pero los antiguos y los de gamas más bajas suelen tener bien visibles estas rejillas traseras que tienden a llenarse de suciedad dificultando la tarea de emitir el calor generado por el compresor.

En fechas de uso intensivo, como Navidad y verano, conviene hace una limpieza exterior para facilitar dicha función y con ello mejorar el intercambio de calor reduciendo a su vez el gasto eléctrico de la nevera.

También es conveniente comprobar que los burletes que rodean la puerta estén en buenas condiciones. Son los aislantes principales del equipo y los encargados de que no escape el frío ni entre calor del exterior. Si están mal puedes tratar de arreglarlos o si tu modelo lo permite cambiarlos pidiendo unos nuevos al fabricante.

Y en cuanto al congelador, con tanto abrir las puertas estos días lo más probable es que si nuestro modelo no cuenta con tecnología No Frost lo tengamos lleno de hielo como una cueva de la Antártida. Por ello y aunque es una tarea pesada, conviene que lo dejemos bien limpio antes de comenzar a almacenar comida, para que pueda funcionar de forma más eficiente.

Elegir una temperatura adecuada al uso

También conviene que ajustemos la temperatura del frigorífico y congelador a las recomendadas por expertos y fabricantes para esta época del año. En su día ya vimos más a fondo que suelen darse un rango óptimo general de entre 3 y 5 grados para la sección de la nevera y entre -18 y - 22 grados para el congelador.

Pero en estos días concretos de festejos navideños donde nos encargaremos de celebrar reuniones en casa van a suceder varias cosas que hay que tener en cuenta. Para empezar tendremos que almacenar más cantidad de comida, pero también probablemente elaboremos más platos calientes usando hornos y placas, por lo que subirá la temperatura de la cocina.

Además, la puerta del frigorífico tenderá a abrirse con mayor frecuencia para sacar y meter productos, bebidas frescas, hielos, etc. Por todo ello, estas fechas clave de uso intensivo de la nevera y el congelador la recomendación es optar por el valor mínimo de los rangos antes mencionados.

Es decir, conviene que seleccionemos una temperatura de unos 3 grados en la parte de la nevera y entre -21 y -22 en el congelador, si nuestro modelo lo permite.

La función que hay que activar en días de mucho uso

Como ya vimos a fondo en este otro artículo, muchos frigoríficos modernos cuentan con una función especial que puede venirnos muy bien en estos días. Se trata del sistema de enfriamiento rápido,  disponible tanto en neveras como en congeladores o equipos combi y que es conocido por algunos fabricantes como función "ultra cool",  "coolmatic",  "frostmatic", "ultrafrost", "rapid cool" y nombres similares.

Es una función que suele estar disponible como un botón dedicado en la interfaz del frigorífico o dentro del menú principal de opciones.  En todos los casos la misión de esta función es la misma: poner a trabajar al frigorífico y/o congelador al máximo de sus posibilidades durante un relativo corto periodo de tiempo para lograr bajar la temperatura del interior hasta un valor prefijado lo antes posible.

Conviene ponerla en marcha siempre cuando introduzcamos alimentos nuevos a la nevera o congelador. Un claro ejemplo es cuando vengamos con la compra y colocamos los nuevos paquetes en el interior de la nevera. Por muy rápido que lleguemos de la tienda los alimentos habrán bajado de temperatura antes de entrar en casa y esta función nos permitirá restaurar la cadena de frío lo antes posible.

Es una función que también podemos activar en casos puntuales en los que vayamos a necesitar un extra de frío en la nevera. Por ejemplo si esperamos visita y queremos tenerlo todo bien fresquito, si vamos a meter a congelar mucha cantidad de alimentos a la vez,  si queremos hacer cubitos de hielo de forma más rápida en el congelador o también si vamos a introducir comida guisada que nos haya sobrado y que esté a una temperatura templada.

Tenerlo lleno hasta los topes y preparar recipientes congelados

Otra medida que podemos tomar para evitar que el frío del frigorífico y del congelador se escapen consiste en llenar sus espacios interiores todo lo que podamos para que el esfuerzo del compresor se traslade a un material con mayor inercia térmica que el aire.

El frigorífico funciona enfriando sus paredes que a su vez trasladan este frío a los elementos que haya en su receptáculo interior. Si no hay nada almacenado y lo tenemos completamente vacío, lo que se enfría es el aire, elemento con poca inercia térmica que pierde el frío rápidamente y que es susceptible de escaparse de la nevera en cuanto abramos la puerta.

Como en los días de festejos solemos abrir las puertas con más frecuencia, no damos tiempo al frigo a enfriar lo suficientemente rápido el aire nuevo que acaba de entrar, teniendo así un descenso de temperatura en el interior que empeoramos cada vez que abrimos para coger alguna bebida.

De ahí que resulte conveniente mantener el interior del frigo y del congelador lo más lleno que nos sea posible.  De este modo habrá menos aire que pueda escapar al abrir la puerta  perdiendo el frío y con él todo el esfuerzo y gasto eléctrico de la  máquina para rebajar la temperatura del interior.

Y si no tenemos alimentos suficientes con los que llenar la nevera podemos recurrir al truco de utilizar botellas con agua de diferentes tamaños o latas de refresco, cerveza, etc. con las que reducir el número de huecos disponibles. Cuantas más metáis habrá menos huecos y con ello menor pérdida de frío cada vez que abráis la puerta.

Esto es algo que también sirve para el congelador, aunque en este caso tenemos que tener cuidado de que las botellas que metamos a congelar no exploten al aumentar su volumen interno con temperaturas  bajo cero. Para ello basta con llenarlas solo hasta un poco más de la mitad y una vez congeladas podemos incluso sacarlas del congelador y meterlas en el frigo para tener agua fría.

También podemos recurrir a congelar botellas los días previos a las fechas clave y pasarlas posteriormente a la parte de la nevera para tener un extra de frío en dicho espacio logrando así bajar la temperatura media en el interior por mucho que abramos la puerta.

Imagen portada | Point3D Commercial Imaging Ltd

En Xataka Smart Home | Esta es la temperatura ideal del frigorífico y  congelador para ahorrar en la factura de la luz y conservar bien los  alimentos


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