Esta no es la casa conectada con la que soñaba: cada dos semanas tengo que reconectar la luz para que vuelva a funcionar por WiFi

Se leen y escuchan maravillas de la casa conectada, de todas las posibilidades que ofrece un hogar "siempre enchufado a Internet". Poder encender el aire acondicionado o la calefacción antes de llegar a casa, poner la aspiradora con el móvil, que las luces se activen con solo detectar nuestra presencia o pedírselo al altavoz de turno… pero ¿qué ocurre cuando elemento indispensable en esta cadena falla?.

Esta es mi experiencia con un sistema de tiras LED para iluminar de forma ambiental el salón o la habitación. Un sistema de luces que cada dos semanas falla y me obliga a tener que volver a reiniciar, desenchufando y enchufando durante unos segundos para que vuelva a estar habilitado. Un problema que se debe a que de pronto desaparece la conexión vía Wi-Fi, así, por las buenas y de pronto paso a depender solo de la conexión Bluetooth con todas las limitaciones que eso conlleva. Ya lo tengo claro: cada 14 días, más o menos, me toca pillar un pequeño enfado porque esta no es la casa conectada con la que yo soñaba.

La pesadilla domótica

Basado en hechos reales como dicen las películas que ponen a mediodía en la televisión, esto es un caso que me lleva ocurriendo desde hace meses con un par de dispositivos en casa de la misma marca. Dos sistemas de tiras led que tengo conectados, uno de la tele y otro en el cabecero de la cama, con el objetivo de crear iluminación ambiente.

Ambos sistemas funcionan tanto por Wi-Fi cómo por Bluetooth y se integran en Alexa y con Google Assistant, de forma que puedo controlarlos por la voz. Sobre el papel todo pintaba muy bien. Y así es y ha sido, al menos al principio, pues pronto todo comenzó a cambiar.

El problema es que pasado un tiempo, el primero de ellos, el que tengo conectado en la zona trasera de la tele, dejó de funcionar. En un momento determinado, pedirle a Alexa que encienda la tira LED de la tele era quedarme con cara de asombro ante la respuesta de que no podía conectarse.

Tras las primeras investigaciones pensando que el problema podía estar en el router descubrí que no. Todos los dispositivos conectados funcionaban sin problema. Ya sea con el móvil o por medio de controles de voz, Alexa respondía cualquier pregunta sin problema y activaba cualquier rutina. El problema venía de la tira y la conexión al Wi-Fi.

Apagar y encender funciona

Tocaba probar si el mítico apagar y encender (en este caso, desenchufar y enchufar) que soluciona cualquier problema. Probé y milagro: el Wi-Fi volví a responder y la tira LED de la tele volvía poder interactuar con Alexa. Pero fue sólo temporal.

A la izquierda funcionando correctamente y a la derecha en modo pesadilla

Cómo muestra, en aplicación cuya imagen se ve sobre estas líneas se puede apreciar como por ejemplo el símbolo del Wi-Fi no aparece o está en rojo lo cual quiere decir que no se puede conectar y solo funciona por Bluetooth.

Pero cómo errar es de humanos, iluso de mí pensé que podía ser un producto que fallase y volví comprar otra tira LED de la misma marca para colocar en el cabecero de la cama y así tener una iluminación ambiente sin tener que usar los focos del techo: craso error. La situación se volvió a repetir pasado un tiempo como antes ocurría con la tele.

Hay que tener en cuenta que casi todos los elementos de un hogar conectado usan la banda de los 2,4 GHz (no funcionan por regla general sobre la de 5 GHz)

Aunque al principio todo era felicidad y todo funciona bien algo que me hizo pensar que se trataba de un fallo puntual de la otra tira LED, comenzó a ocurrir lo mismo con la tira LED que tengo en la habitación. Y la solución la misma: desenchufar, esperar unos segundos y volver a enchufar para que la conexión vía Wi-Fi vuelva a funcionar .

Ninguna de los dos sistemas de tiras LED respondía el control por voz. Sencillamente porque no se conectaban al Wi-Fi. Tras comprobar si había actualizaciones de firmware pendientes, me aseguré que ambas funcionaban sobre la red a 2,4 GHz.

Pasado un tiempo no he tenido más que asumir el fallo. Tengo asimilado que cada dos semanas (mas o menos) debo repetir el proceso para que pueda usar ambas tiras LED a distancia, aunque no esté en casa y que se puedan activar las rutinas.

Lo que verdaderamente las hace útiles, poder pedir al asistente que las apague, que las encienda, que las cambie de color sin tener que estar cogiendo el móvil usándolo como un mando distancia qué es lo que me ofrece la conectividad Bluetooth, es lo que yo busco y lo que a veces falla. Bueno a veces no, siempre.

El paso previo a un fallo general

Hemos llegado a un punto en el que la casa conectada tiene cada vez más presencia pero también hemos llegado a rozar el extremo de la comodidad. Antes, usaba unas tiras LED con un pequeño mando que había comprado en IKEA. Y funcionaban a la perfección aunque para cambiar el color, tenía que acercarme al mando.

Ahora hemos pasado de usar un pulsador (que a veces tenemos en la mesa de al lado) a pedirle a un asistente que encienda una bombilla (esa misma que tenemos al lado). Algo que puede parecer un sueño, pero claro, sólo cuando funciona.

Y es que este tipo de fallos, al menos en mi experiencia, no son aislados. En el pasado ya he tenido experiencias similares con alguna regleta y algún enchufe (que terminaron de vuelta a la tienda) de distintas marcas y tengo conocidos que os cuentan experiencias muy parecidas con otro tipo de productos.

Esta no es la casa conectada con la que yo soñaba. Así he titulado el artículo. ¿Qué ocurre cuando confiamos todo un sistema este falla o incluso peor, la empresa del que depende lo deja sin soporte?.En este caso son sólo dos tiras LED, antes una regleta, un enchufe... pero la verdad me frena mucho a la hora de comprar otro tipo de dispositivos, sobre todo cuando se trata de desembolsar cantidades de dinero más importantes.

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