Reducir el consumo del horno pasa por gestos tan simples como evitar precalentar siempre o aprovechar el ventilador para acortar los tiempos de cocción, entre otras cosas
Usar el horno no tiene por qué ser sinónimo de ver cómo se dispara la factura de la luz. Muchos de los gestos que hacemos por rutina, como precalentar siempre o poner la temperatura “por si acaso un poco más alta”, terminan consumiendo más energía de la necesaria sin aportar nada a la receta.
Y si encima hablamos de un horno Samsung moderno, con modos específicos y ventilador, tiene aún menos sentido seguir usándolo como si fuera uno viejo de hace veinte años.
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El precalentado no es obligatorio siempre
El primer hábito que conviene revisar es el de precalentar sí o sí. En muchos casos es útil, pero no es una ley escrita en piedra. Platos como guisos, lasañas, gratinados suaves o verduras asadas admiten perfectamente entrar con el horno todavía frío y aprovechar esa subida gradual de temperatura.
En un horno Samsung actual, que suele alcanzar la temperatura marcada bastante rápido, puedes ahorrar unos cuantos minutos de uso de resistencias en cada receta simplemente entrando antes el alimento cuando el plato lo permita.
Subir la temperatura “por si acaso” solo gasta más
Otro clásico es pensar que a 200 ºC se cocina todo mejor y más rápido. En realidad, lo único que consigues muchas veces es resecar los alimentos y obligar al horno a trabajar a tope durante más tiempo. Si una receta está pensada para 170 ºC o 180 ºC con ventilador, subir a 200 ºC sin motivo no mejora nada, solo eleva el consumo.
Los hornos Samsung distribuyen muy bien el calor, así que es mejor respetar las temperaturas recomendadas y aprovechar la convección (el famoso ventilador) para que el calor llegue a todas partes, en lugar de forzar siempre al máximo.
Aprovecha el ventilador a tu favor
El uso incorrecto de la ventilación también es un punto donde se va energía sin necesidad. El modo convección hace que el aire caliente circule por todo el interior, permitiendo cocinar a algo menos de temperatura y, en muchos casos, en menos tiempo.
Si usas bien ese modo, puedes bajar ligeramente los grados respecto a una receta pensada para horno convencional y aun así obtener un resultado igual o mejor.
Donde tiene más sentido desactivar la ventilación es en algunas masas, en quesos gratinados muy delicados o cuando quieres que la superficie no se reseque demasiado. Pero como norma general, si quieres ahorrar, el ventilador es un aliado, no un enemigo.
No abras la puerta a cada momento
Cada vez que abres la puerta para “echar un vistazo”, el horno pierde una cantidad importante de calor y tiene que esforzarse para recuperarla. Eso significa picos extra de consumo constantes. La ventaja de muchos hornos Samsung es que el cristal de la puerta y la iluminación interior permiten ver bastante bien el interior sin necesidad de abrir.
Lo ideal es confiar en los tiempos y solo abrir cuando realmente toque girar la bandeja, comprobar el punto o sacar el plato.
Cocina más de una cosa a la vez cuando puedas
Si vas a encender el horno, aprovecha la sesión. El calor ya está ahí y el gasto de tenerlo encendido para una sola bandeja o para dos no es tan distinto. Preparar a la vez dos platos compatibles en temperatura o cocinar de golpe varias raciones para recalentar después en el microondas es una de las formas más efectivas de amortizar el consumo.
Los hornos con buena distribución de calor, como los Samsung más recientes, permiten usar varias alturas sin que haya diferencias tan grandes entre la zona superior y la inferior. Eso sí, conviene vigilar un poco más el punto de los alimentos hasta que encuentres tu combinación ideal.
Apaga antes de tiempo y aprovecha el calor residual
Otra pequeña costumbre que suma es apagar el horno unos minutos antes de que termine el tiempo teórico. El interior seguirá caliente y la comida acabará de hacerse con ese calor residual que, al fin y al cabo, ya has pagado. En recetas sencillas, cinco minutos menos con el horno encendido apenas se notan en el resultado, pero sí en el consumo acumulado.
Bien usado, el horno Samsung puede seguir siendo una de las mejores herramientas de la cocina sin convertirse en un agujero negro de energía. Se trata más de cambiar unos cuantos hábitos que de renunciar a usarlo.
Imágenes | Samsung con edición
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