La mayoría de los hogares españoles tenemos dos facturas ineludibles de servicios. Por un lado, la factura de la luz, con la que iluminamos la vivienda, alimentamos los electrodomésticos y en ocasiones sustentamos la calefacción; por otro, la factura del gas, que usamos mayoritariamente para climatización y ACS, pero también para cocinar.
Si lo agrupamos por tipo de servicio, el grueso de nuestros gastos del hogar también se concentra en dos. Básicamente, climatizar la vivienda (que la temperatura y humedad sean confortables) y hacer uso de los diferentes electrodomésticos.
La mayoría de los hogares busca ahorrar en energía, aunque no sabe cómo
Ante este importante gasto, cerca del 93% de los hogares toma medidas de ahorro energético, tanto por el ahorro económico como por la sostenibilidad que supone para el medio ambiente. Sin embargo, hay muy pocos consejos que sirvan para reducir las facturas de una forma visible.
Hablamos de algunas alternativas, ordenadas por coste de inversión, que arrancan por comprender los recibos y gestionar nuestra vivienda a través de un termostato inteligente. Luego, cabe la posibilidad de invertir en electrodomésticos de bajo consumo y abordar la rehabilitación energética del inmueble.
Entender las facturas del gas y de la luz
A veces, puede resultar complejo entender las facturas de electricidad y gas. Las dos incluyen un término fijo, que no depende del consumo y sobre el que es más difícil actuar para ahorrar, y un término variable. Este último sí depende del consumo y, por lo tanto, es posible reducirlo fácilmente disminuyendo el consumo de luz y gas en cada caso.
Además, sobre ambos términos se aplican una serie de impuestos. Algunos son específicos para cada suministro energético, como el impuesto eléctrico (en la factura de electricidad) o el impuesto especial sobre hidrocarburos (en la del gas); y otros comunes, como los costes asociados al alquiler de los equipos de medida (si no somos los propietarios) o el IVA.
Comercializadoras innovadoras como Viesgo realizan estudios personalizados sobre nuestra factura energética. En base a ellos, son capaces de informarnos del mayor ahorro posible según nuestro perfil y tipo de consumo, igualando la oferta hecha por cualquier otra comercializadora al contratar luz o gas.
La energía de nuestra vivienda cuesta unos 85 euros mensuales
Con datos del segundo semestre de 2015, y según la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), los españoles pagaron de media unos 55,2 euros mensuales en su factura de electricidad y casi 30 euros en el gas. Con estos datos en la mano, podemos comprobar si estamos por encima o por debajo de esas cantidades, y actuar en consecuencia.
Un control global y centralizado de nuestra vivienda
El confort y la calidad de vida es muy importante para todos en cualquier ámbito, pero ponemos énfasis en el hogar. Queremos habitar viviendas cómodas que nos permitan vivir en las mejores condiciones posibles, algo que en muchas ocasiones está reñido con la capacidad económica. Los termostatos son la opción más asequible, pero también la más versátil y escalable.
Si sabemos cómo y cuánto gastamos, podemos cambiar nuestros hábitos y ahorrar
Las soluciones de domótica se perfilan como las más accesibles a todos los niveles económicos. Van desde la instalación de un termostato que centralice el control de la vivienda, como Toon, a cambiar todos los electrodomésticos.
El disponer de un control global de nuestro consumo energético, o del estado y confort de nuestra vivienda, a través de un panel supone una gran ayuda para las familias que buscan ahorrar. Más aún si podemos contar con una aplicación para móvil desde la que controlar la casa.
En el caso de Toon, es posible combinar el panel de pared con la aplicación de teléfono móvil para controlar desde el smartphone consumos, calefacción... De hecho, permite hacer modificaciones en la temperatura objetivo, visualizar y analizar el consumo energético, encender o apagar un programa semanal (e incluso configurarlo), o manejar enchufes, lámparas y electrodomésticos por separado, entre otras opciones de uso.
Toon cuenta en su experiencia con el _know how_ de la compañía de luz Viesgo antes mencionada. Viesgo lleva décadas trabajando por el ahorro energético de sus clientes, innovando tanto en el tipo de servicios que aporta como en la reducción del impacto ambiental, haciendo sostenible el ahorro.
La ventaja de dispositivos como Toon es que su instalación es sencilla; más en este caso que en el precio del producto está incluida la visita de un instalador profesional que se encarga de todo. Pueden ser colocados en cualquier domicilio que cuente con caldera de gas individual, conexión a Internet vía WiFi y un termostato de pared.
Invertir en electrodomésticos de bajo consumo
Los electrodomésticos A+++ son una gran apuesta económica, aunque su inversión inicial es alta
Los electrodomésticos tienen un peso importante en nuestra factura, y suele ser difícil reducirlo sin desconectarlos o no usarlos. Esto puede ser una alternativa en la cocina, por ejemplo orientando nuestra alimentación a comidas poco elaboradas que no dependan del uso del horno o microondas; pero, resulta del todo imposible con la nevera, la lavadora, el lavavajillas…
Adquirir electrodomésticos de bajo consumo supone una inversión importante de cara a reducir el Término Variable de la factura de la luz, aunque el término fijo seguirá pesando. Aquí va un ejemplo:
Suponiendo una factura eléctrica de 100 euros en una vivienda en la que solo existe conectada una nevera certificada "A" (por simplificar los cálculos) y en la que 50 pertenezcan al término fijo y 50 al término variable, invirtiendo en una A+++ la factura eléctrica se reduciría hasta los 70 euros: 50 fijos y 20 variables.
Rehabilitación de edificios para minimizar pérdidas
Una de las mayores inversiones que podemos hacer es rehabilitar la envolvente de nuestro edificio para minimizar las pérdidas energéticas a través de la fachada. Ventanas, vigas o grietas hacen de puente térmico, y buena parte de la energía que usamos para calefactar en invierno la vivienda o enfriarla en verano termina perdiéndose.
A pesar de que el retorno es elevado, estas inversiones suelen ser cuantiosas y van más allá de cambiar el marco de las ventanas (que es lo que muchos tenemos en mente). Acondicionar la fachada, incluir un aislante por inyección, aislar térmicamente el interior o proyectar poliuretano en fachadas medianeras son algunas de las soluciones, algunas de las cuales incluyen obras.
La alternativa más accesible a nivel económico (además de una llamada para negociar un buen precio por el servicio de energía) es la instalación de un termostato de pared con el que gestionar nuestra vivienda.
Toon permite a sus usuarios un elevado control sobre el confort del hogar, así como del gasto implicado en calentarlo en invierno y enfriarlo en verano. Igualmente, cuenta con la posibilidad de manejar distintos parámetros desde el teléfono móvil, lo que aporta flexibilidad a nuestro día a día.