Es posible ahorrar al usar el lavavajillas. La clave está en cómo colocamos las cosas dentro

Una buena preparación y colocación de la cubertería y vajilla permitirá optimizar el proceso de limpieza del electrodoméstico

El lavavajillas es un electrodoméstico presente cada vez en más hogares. Un elemento más de la cocina que nos ayuda a la hora de lavar los utensilios empleados en la comida y que además nos permite ahorrar en el consumo de agua, puesto que empleamos mucho menos líquido elemento que si fregamos a mano.

No obstante, dicho esto, emplear el lavavajillas requiere tener en cuenta una serie de recomendaciones para así sacarle el máximo partido. Una serie de consejos que si los aplicamos nos permitirán ahorrar tanto en el consumo de agua como en la factura de la luz y alargar la vida de utensilios y electrodoméstico.

Y es que, pese a lo que podemos pensar, el lavavajillas y su empleo es muy similar al de la lavadora. Igual que en esta última no mezclamos ropa clara y oscura o no lavamos a la vez las prendas más recias con las más delicadas, en el lavavajillas también hay una serie de normas que debemos aplicar si queremos optimizar su uso.

Y en este artículo me voy a centrar en los cubiertos, vasos y demás utensilios que vamos a lavar en el lavavajillas y cuál es la forma ideal de ponerlos para hacer que se gaste menos agua y que de paso podamos ahorrar en la factura de la luz.

Cubiertos, vasos y platos

Imagen: Siemens

Y a lo primero que vamos hacer referencia es a los cubiertos, los grandes olvidados, cuando de poner la vajilla a remojo se trata. En el mercado podemos encontrar lavavajillas con bandeja para los cubiertos y otros que cuentan con una pequeña cesta dónde colocarlos, así que vamos a ver cómo usarlos en ambos casos.

Una buena organización de los cubiertos nos permite ganar espacio dentro del lavavajillas y además facilitar el que estos se limpien, y eso es algo que se puede aplicar tanto a la cesta como a la bandeja de cubiertos.

En el caso de la bandeja, los cubiertos se deben colocar en orden, asegurándonos de que se deja un espacio suficiente para que el agua llegue a todos los rincones y que además se facilite el secado. Es interesante tratar de que no se coloquen por ejemplo todos los tenedores seguidos, y así podemos intercalar tenedores con cucharas o cuchillos

No hay que colocar cubiertos del mismo tipo juntos, siendo preferible mezclar cucharas, tenedores, cuchillos, etc. de forma que tengamos mayor separación entre cubiertos y así penetre mejor el agua y detergente.

En el caso de los lavavajillas que emplean una cesta para los cubiertos, estos deben colocarse con el mango hacia arriba, de forma que la parte que toca la comida queda en la zona inferior del cesto. El objetivo de esta colocación es que no tengamos que tocar la parte que roza la comida cuando nos cojamos y de esta forma no nos manchemos y además quedan limpios cuando los saquemos del lavavajillas.

Imagen: Siemens

Antes de colocar los cubiertos en la cesta, es importante comprobar si estos tienen restos de comida adheridos y en caso positivo, eliminar esos restos con una servilleta de papel o con un poco de agua, y así facilitar el que salgan limpios del lavavajillas. Además, conviene asegurarnos de que ningún plato, bandeja u olla tapan la cesta.

También es interesante observar un consejo que suelen dar los fabricantes de lavavajillas, y es que no tenemos introducir para lavar, cubiertos y utensilios con partes de madera. La justificación de este consejo es que la madera absorbe más cantidad de agua y detergente, tarda más tiempo en secarse y por lo tanto, puede estropearse antes y generar moho en el cajón cuando vayamos a guardarlos.

Los cuchillos, por seguridad, hay que colocarlos con el mango hacia arriba y la punta hacia abajo. Nos referimos a los cuchillos con los que por ejemplo cortamos en la mesa, puesto que los de mayor tamaño como los que empleamos para cortar carne, pescado, pan... es mejor lavarlos a mano, puesto que en este caso podemos encontrar con que su mayor tamaño ocupan más huecos y dificultan el uso de algunas partes movibles del lavavajillas.

Hemos tocado el tema de los cubiertos y ahora vamos a ver cómo debemos colocar las sartenes y las ollas. Y es que estos elementos de mayor tamaño deben ir colocados en la bandeja inferior. Además, debemos situar la sartenes con la zona en la que se colocan los alimentos situada hacia dentro en el lavavajillas.  Las ollas por otro lado, debemos colocarlas bocabajo.

Relacionado con las ollas y con algunas sartenes, debemos evitar lavar en el lavavajillas las tapas de las ollas a presión. El motivo es que los lavados continuos pueden afectar a las gomas y que estas dejen de funcionar correctamente. Además, los restos del detergente en polvo empleado pueden llegar a obstruir la válvula de presión.

Es aconsejable no lavar las sartenes antiadherentes en el lavavajillas al igual que de hierro sin esmaltar. Las primeras porque los lavados pueden perjudicar capa de teflón con la que están recubierto y las segundas porque el hierro sin esmaltar se puede levantar.

Imagen: Nathan Dumlao

En los casos de las sartenes, un truco que una vez me explicó un cocinero: y es que cuando usemos una sartén para por ejemplo realizar algo a la plancha con muy poco aceite, bastará con usar sal y ponerla durante un par de minutos al fuego para acabar con toda la suciedad y luego quitar la sal con una servilleta de papel.

En el caso de los vasos, debemos tener en cuenta que con lavados prolongados el cristal se termina deteriorando, por lo que no se aconseja lavar cristalería fina y delicada, como pueden ser copas o incluso porcelana.

Además, debemos tener mucho cuidado con los objetos de plástico como cubiertos, platos o vasos, ya que de no estar especificado en las instrucciones, estos nunca se deben introducir para lavar en el lavavajillas. Lo mejor es lavarlos a mano.

Enjuagar sí, enjuagar no

Uno de los aspectos que siempre dejan dudas es si debemos enjuagar los platos y los utensilios antes de meterlos en el lavavajillas. En este punto es interesante decir que no, no es necesario enjuagarlos antes de meterlos, si bien sí que es interesante eliminar los restos de comida que estén pegados.

El objetivo es que estos restos no terminen obstruyendo la máquina y los filtros. Además, debemos tener en cuenta que cuando limpiemos los restos de comida de los utensilios antes de meterlos en el lavavajillas, debemos asegurarnos de que estos no se cuelen por el desagüe del fregadero de forma que termine obstruyéndose con el paso del tiempo.

Aunque el lavavajillas posee programas para lavar en menos tiempo y con menos cantidad de utensilios dentro, para ahorrar el máximo de energía y de agua es interesante usarlo siempre al máximo de su capacidad. Si se usa con pocos platos, cubiertos, utensilios... y no se emplea el programa adecuado, estamos gastando más agua y luz de lo necesario. Si por necesidad debemos usarlo a media carga, tenemos que elegir el programa adecuado.

Muy relacionado con esto, tenemos que fijarnos en la temperatura. Si nuestro lavavajillas permite controlar la temperatura, debemos ajustarla en función de los utensilios que vamos a lavar, puesto que no siempre están tan sucios como para requerir el uso de agua caliente. Y es que a más temperatura, más electricidad vamos a consumir.

Imagen: Beko

Por último, es importante que usemos productos de limpieza de uso exclusivo para lavavajillas. Estos productos están pensados y diseñados para cuidar de la vajilla, al mismo tiempo que permiten un uso óptimo del electrodoméstico, evitando que pueda llegar a dañarse. Nunca se debe emplear un lavavajillas pensado para lavar a mano.

Además, para cuidar la vajilla y obtener un lavado óptimo, debemos vigilar los niveles de sal y de abrillantador. La sal suele estar en un depósito situado en la parte inferior del lavavajillas, debajo de la bandeja en la que colocamos ollas y sartenes. Por su parte, el abrillantador suele estar situado en la puerta, en el mismo lugar que colocamos la pastilla o el detergente para la limpieza.

Una vez ha concluido el lavado, es importante que no se abra de inmediato la puerta del lavavajillas nada más terminar el lavado. Muchos fabricantes aconsejan esperar un tiempo prudencial, que puede ser cercano a una media hora y así favorecer que el vapor generado durante el lavado termine de condensarse.

Imagen portada | Siemens

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