Conseguir que la comida dure más tiempo dentro del frigorífico: esto hay que tener en cuenta para no desperdiciar alimentos

Seguir unas pautas básicas de orden y colocación puede hacer que los alimentos aguanten más tiempo en la nevera, mejorando así el ahorro

A la hora de comprar un frigorífico, muchos son los factores y especificaciones técnicas en los que nos fijamos para elegir bien nuestro modelo ideal. Luego nos lo instalan y tras seleccionar la temperatura de enfriado más adecuada parece que ya poco más podemos hacer para maximizar su rendimiento.

Sin embargo, hay otros factores y modos de uso que solemos tener poco en cuenta y que incluso nos cuesta reconocer que no son del todo correctos, muchas veces porque los hemos visto hacer así de toda la vida, pero que pueden estropear antes la comida que queremos proteger antes de tiempo. ¿Qué hay que tener en cuenta?

Orden y recipientes adecuados para el frigorífico

Imagen: IKEA

Uno de los errores más importantes al utilizar nuestro frigorífico a diario es el relacionado con el almacenamiento de las sobras de la comida, un factor determinante en la capacidad del aparato para poder conservarlas adecuadamente.

Algunos de nosotros por comodidad o desconocimiento podíamos tener la tentación de recurrir a guardar directamente las ollas con la comida sobrante en la nevera, algo que puede resultar perjudicial para la salud.

El principal motivo es que las condiciones de conservación en una olla o cazuela no son las adecuadas, ya que el ambiente frío y húmedo de la nevera en combinación con los recipientes de aluminio aceleran el proceso de oxidación, lo que puede afectar a las propiedades de los alimentos.

Y aunque usemos recipientes de acero, estos son incluso menos higiénicos por el mismo motivo, debido a que la humedad acelera esta oxidación. ¿Qué podemos hacer? Pues sacarlos de la olla e introducirlos en recipientes de plástico bien cerrados.

En el mercado podemos encontrar múltiples opciones disponibles, con modelos de distintos tamaños y colores que se adaptarán a nuestras necesidades. También hay algunos recipientes transparentes que nos permitirán ver los contenidos en el interior al tiempo que mantienen la hermeticidad y evitan la contaminación cruzada.

Otro error típico lo encontramos en el uso del papel de aluminio, que no es recomendable para envolver y dejar en en el frigo alimentos salados como embutidos, ni ácidos como tomates troceados, ya que aceleran su descomposición.

Imagen: IKEA

El orden en el interior de la nevera y el lugar de colocación de los alimentos también es fundamental si queremos que duren más tiempo. Por ejemplo, las puertas suelen ser la zona más inmediata para colocar cosas. Sin embargo, como van a estar abriéndose y cerrándose con frecuencia, presentan grandes oscilaciones de temperatura, lo que limita su uso a comida que sea resistente a estas variaciones térmicas.

Es el lugar ideal para alimentos que no requieran temperaturas bajas y estables, como bebidas, refrescos, leche, salsas no caseras, margarinas, chocolates o huevos.

En la balda inferior que la mayoría de modelos tienen justo por encima del cajón de frutas y verduras conviene colocar los recipientes con carnes y pescados crudos que acabemos de traer de la tienda. Además, esta balda suele ser la que más se ensucia, por lo que es conveniente limpiarla bien una vez a la semana para evitar la proliferación de bacterias.

También podemos colocar en ella los alimentos que hayamos sacado del congelador para descongelar. Aunque los coloquemos en un recipiente estanco que recoja el agua que se vaya derritiendo, si los situamos en esta zona inferior nos evitaremos posibles problemas de contaminación de otros alimentos.

¿Qué hacemos con la comida caliente?

Al usar el frigo conviene tratar de evitar introducir comida caliente en su interior, ya que si lo hacemos se incrementará la temperatura del interior del mismo estropeando el resto de alimentos que ya tuviéramos guardados y que incluso estén sin abrir.

Algunas recomendaciones actuales de fuentes como la FDA recomiendan relajar un poco esta medida y evitar introducir solo alimentos que estén muy calientes, por ejemplo los que acabamos de cocinar. El argumento es que si los dejamos enfriar previamente fuera de la nevera, a partir de las dos horas y dependiendo de la temperatura ambiente va a comenzar el proceso de descomposición, por lo que la calidad y salubridad de los mismos se resiente.

Entonces, si lo que queremos es introducir alimentos todavía calientes en la nevera hay que tratar de enfriarlos previamente por ejemplo poniendo la olla sobre otro recipiente con agua para que se rebaje la temperatura.

Aunque la mejor opción es, en cuanto se pueda, pasar los alimentos cocinados a recipientes más pequeños para acelerar el proceso de enfriamiento y que el calor que estamos introduciendo en el frigorífico pueda ser neutralizado lo antes posible.

Además, siempre que nuestro modelo cuente con ella, conviene activar la función de enfriamiento rápido de la nevera, especialmente en dos momentos puntuales: cuando vengamos de hacer la compra y vayamos a llenar la nevera con nuevos alimentos y cuando introduzcamos alimentos calientes en su interior.

Así logramos que el compresor se ponga a funcionar lo antes posible acelerando el descenso de la temperatura en el interior del frigo y haciendo que la cadena de frío se mantenga lo máximo posible.

Imagen portada | LG

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