Compramos un aire acondicionado portátil para estar fresquitos en verano, pero al final hemos acabado usándolo para algo bien distinto

Las múltiples funcionalidades de estos aparatos permiten darles diferentes usos más allá de refrigerar el ambiente

Paco Rodríguez

Editor Senior

Hace unos años quisimos tener aire acondicionado en casa y como poner uno fijo de pared no era una opción, optamos por comprar un modelo portátil, más concretamente el modelo Daitsu APD12-HR de la imagen de portada, con una potencia de unas 3.000 frigorías/hora.

La idea era usarlo en verano para refrescar el salón y también en invierno para calentarlo gracias a su bomba de calor, aunque como ya comentamos en este artículo, enseguida nos cansamos de algunos de sus inconvenientes, como el excesivo ruido y la baja eficiencia energética que te hace gastar mucha electricidad.

Por todo ello unos cuatro años después nos decidimos a instalar un aire acondicionado de pared tipo split que solucionaba dichos inconvenientes. Sin embargo, ahora teníamos otro problema añadido: ¿qué hacíamos con el aire acondicionado portátil que prácticamente estaba como nuevo? Pues dado que si lo vendíamos no sacaríamos mucho al tener ya varios años de uso, inicialmente lo dejamos aparcado en el trastero ocupando un considerable espacio.

Un segundo e inesperado uso para el aire acondicionado

Imagen: Imagen: Daitsu APD12-HR

Aparentemente era un trasto que no tenía mucho uso, hasta que un día tuvimos un problema de humedades en casa. Tras semanas y semanas de lluvia las paredes de las habitaciones que dan al norte (donde no había ningún aire acondicionado instalado) empezaban a rezumar y a llenarse de moho, y abrir las ventanas para ventilar no era un opción viable por el frío. A esto se sumó una pequeña gotera que salía de vez en cuando agravando la situación.

Así que pensamos en comprar un deshumidificador, pero nos dimos cuenta de que el aire acondicionado portátil ya contaba con dicha función, así que lo probamos sin mucha esperanza a ver qué tal funcionaba. Dicho y hecho. Lo sacamos del trastero, lo llevamos a las habitaciones problemáticas y lo encendimos seleccionando la función de deshumidificación.

En este caso concreto no instalamos el tubo de extracción de aire hacia el exterior, por lo que el frío que echaba por delante lo compensaba más o menos con el calor emitido por el tubo y la temperatura apenas variaba. De todas formas ese no era su objetivo. Lo que queríamos era atrapar parte del exceso de humedad del aire, y efectivamente lo conseguía.

En poco más de una hora llenamos una botella de dos litros que pusimos acoplada al tubo trasero de extracción y luego tuvimos que poner un cubo de fregar de más capacidad para no andar teniendo que estar pendientes de cambiar la botella.

El equipo nos permitió además secar en buena medida las paredes, porque además pusimos la salida trasera del aire caliente que normalmente va fuera hacia la calle apuntando hacia las humedades. El resultado es como aplicar un secador de pelo gigante hacia las paredes, pero gastando la mitad o menos de electricidad.

En definitiva, que aunque pensábamos que ya no le podríamos dar mucho uso al aire acondicionado portátil, al final lo hemos acabado utilizando en los días donde más humedad hace en otoño e invierno para terminar con las humedades en casa.

Imagen portada | Marco Verch en Flickr

En Xataka Smart Home | Tengo en casa el aire acondicionado que recomienda la OCU: esto es lo que más y menos me gusta en su uso diario

Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com

VER 0 Comentario