Este modo de mi frigorífico es el truco que uso cuando meto bebidas a última hora y quiero enfriarlas rápido

A veces llegas a casa con bebidas a temperatura ambiente y el frigorífico parece ir a otro ritmo, como si necesitara un rato largo para ponerse en serio. Pero muchos modelos modernos, especialmente los de Samsung, cuentan con un truco específico para enfriar botellas rápido sin riesgo de que terminen congeladas o reventadas: una combinación de funciones y zonas que trabaja casi en silencio para que el frío llegue antes donde hace falta.

Un “acelerón” de frío en el momento justo

Entre los ajustes que suelen venir de serie, Power Cool es probablemente el más útil para quienes meten botellas en el último momento. Esta función activa un flujo de aire frío más intenso durante un periodo limitado, bajando la temperatura interior de forma agresiva pero controlada.

No es solo un botón que enfría “más”: es un sistema pensado para responder a picos inesperados de carga, como cuando colocas varias bebidas a la vez o acabas de volver del supermercado.

El frigorífico interpreta este escenario como un aumento repentino de la temperatura interna y compensa con un ciclo más potente. Lo interesante es que lo hace con un temporizador interno, por lo que no mantiene ese frío extra indefinidamente. Después de un rato, la función se desactiva sola y la temperatura vuelve a su línea habitual.

Hay zonas que enfrían antes de lo que pensamos

Más allá del Power Cool, el interior de muchos frigoríficos actuales está diseñado con zonas que reciben el aire frío antes o con más fuerza que el resto. Aunque cada fabricante lo resuelve a su manera, lo habitual es que las áreas cercanas a las salidas de aire sean capaces de bajar la temperatura de una botella en menos tiempo del que necesitaría si estuviera en un estante central.

Esto no es casualidad: el flujo está pensado para distribuir el frío según prioridades. En algunos modelos, la parte trasera de las baldas superiores o la zona cerca del ventilador son lugares donde dejar una bebida si necesitas que se enfríe antes de una cena improvisada o una visita inesperada.

Combinado con Power Cool, el resultado es bastante eficiente. La botella recibe una corriente más fría exactamente en el momento en el que el frigorífico está trabajando a su máximo rendimiento temporal.

Por qué no se congelan las botellas con este método

Uno de los miedos habituales cuando se acelera el enfriado es acabar con la bebida parcialmente congelada o con un cristal agrietado. La gracia de Power Cool y del temporizador es que la intensidad del ciclo está limitada por diseño. En vez de dejar el compresor funcionando en modo “turbo” sin fin, la función corta después de unos minutos, evitando que el frío siga bajando más allá de lo seguro.

Además, el flujo de aire dirigido evita que se formen bolsas de frío extremo, algo más típico en congeladores que en frigoríficos. Por eso una botella colocada en una zona estratégica se enfría más rápido, pero no llega al punto de cristalizarse.

Para quien no quiere confiar en recordar meter las bebidas con antelación, este sistema es una pequeña salvación doméstica. No hace ruido, no requiere ajustes complicados y se activa en segundos. Además, puede venir bien en situaciones donde abres el frigorífico muchas veces en poco tiempo: fiestas, comidas familiares o simplemente días de calor en los que las idas y venidas a la cocina son constantes.

El Power Cool no sustituye a una buena organización interior, pero sí es una herramienta útil que muchos usuarios tienen delante y no utilizan. Y en combinación con las zonas más frías, se convierte en uno de esos trucos que, una vez que los descubres, no vuelves a olvidar.

Imágenes | Manuel Naranjo, Samsung

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