En verano, cuando las temperaturas son elevadas, es habitual que el aire acondicionado funcione de manera continua. Esto no solo implica un mayor consumo eléctrico, sino que también genera agua que se expulsa al exterior como resultado de la condensación, un recurso que, como hemos visto, puede tener un gran valor.
Salvo que la instalación esté conectada directamente al sistema de desagüe de la vivienda, lo más común es que esa agua se recoja en una garrafa o en cualquier otro tipo de recipiente. Muchas personas aprovechan este excedente para regar las plantas, aunque los expertos advierten de ciertos matices a tener en cuenta.
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Qué hay que tener en cuenta
Reutilizar el agua que genera el aire acondicionado para regar las plantas (hay hasta estudios) es una opción muy interesante, sobre todo porque dejar que caiga directamente a la vía pública puede acarrear una multa y un problema considerable. Sin embargo, a la hora de emplearla para el riego, conviene valorar diversos factores. Una duda presente en foros sobre plantas, que páginas especializadas analizan y que vamos a afrontar.
Esta agua procede de la condensación de la humedad ambiental. Cuando el aire caliente y húmedo atraviesa el evaporador frío, el vapor se transforma en gotas que se recogen en una bandeja y se evacuan por un tubo. Un líquido que, en un solo día, puede llegar a acumularse en grandes cantidades y cuyo aprovechamiento resulta bastante sensato.
No es potable
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el agua que genera el aire acondicionado no es potable. Al estar en contacto con el aire del interior de la vivienda, puede contener polvo, partículas diversas y ácaros. Además, al ser producto de la condensación, carece de minerales y nutrientes esenciales para las plantas. En este sentido, el agua del aire acondicionado se asemeja al agua destilada.
¿Se puede utilizar? Sí, pero con matices, algo en lo que coinciden los expertos. Al no aportar minerales ni nutrientes, no es recomendable emplearla de forma habitual para el riego, ya que no favorece el desarrollo de las plantas. Puede ser útil de manera puntual, pero no como única fuente de riego.
Un pH diferente
Además hay que tener en cuenta el pH. En términos generales, el pH del agua de condensación tiende a ser algo ácido, situándose habitualmente entre 5,0 y 6,5. Esto se debe a que el dióxido de carbono (CO₂) presente en el aire se disuelve en el agua condensada y forma ácido carbónico (H₂CO₃). Hay que tener cuidado porque no todas las plantas toleran igual el pH más ácido.
Temperatura del agua
Otro aspecto a considerar es la temperatura del agua al salir del aparato, que suele ser bastante baja. Esto podría dañar a ciertas especies vegetales. Aunque en días de mucho calor su temperatura se equilibra rápidamente, conviene tener presente este factor, ya que un uso inadecuado podría ser más perjudicial que beneficioso.
Uso combinado y con extra de nutrientes
Si se quiere aprovechar esta agua para regar, lo ideal es combinarla con agua de otras procedencias, como la del grifo, para evitar carencias de minerales y de esta forma poder reutilizarla con más o menos garantías.
Una forma de reemplazar esta falta de minerales y nutrientes pasa por añadir fertilizante líquido de vez en cuando para suplir la falta de nutrientes. Además, se recomienda utilizarla en un plazo máximo de 24 horas para evitar la proliferación de mosquitos y bacterias, y observar cómo responden las plantas para ajustar el riego según sus necesidades.
Qué plantas son las ideales
Las plantas que mejor se adaptan al riego con agua del aire acondicionado suelen ser aquellas que requieren poca cantidad de agua y escasos nutrientes, como las suculentas, o las que prefieren suelos ácidos, por ejemplo las hortensias. En cambio, no se recomienda este tipo de agua para especies que crecen en terrenos calcáreos, como los rosales, el boj o las lilas.
En el caso de plantas que necesitan un mayor aporte nutricional, se puede alternar el uso de esta agua con la del grifo o complementar el riego con fertilizantes o nutrientes de forma regular. Otra opción es enriquecer el agua del aire acondicionado mezclándola con humus líquido.
Foto de portada | Declan Sun en Unsplash
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