Altavoces con formas curiosas hay muchos y este Moonraker de la empresa Bossa Sound pasa directamente a encabezar la clasificación de modelos más complejos gracias a su forma esférica parcial con la que, según la marca, se logra mejorar la calidad sonora.
En concreto, al no producirse ondas estacionarias en el interior de la caja acústica se logran minimizar la difracción y las resonancias que degradan y colorean el sonido con respecto a una forma rectangular convencional.
El problema es que para lograr esta forma esférica se tiene que recurrir a un compuesto de polímero que tiene, en general, peores propiedades acústicas que la madera de alta densidad, así que no sé hasta qué punto la mejora será interesante.
De todas formas, las características técnicas sobre el papel son buenas. El altavoz en configuración de dos vías, monta un woofer de 17 cm acompañado de un tweeter de 20 cm amplificados cada uno de ellos por una etapa de 50 y 25 vatios RMS respectivamente. El filtrado en frecuencia es activo con punto de corte en 2,2 KHz y una pendiente de 48 dB por octava.
La transmisión de la señal sonora la podemos hacer usando Bluetooth 2.1 con aptX o las entradas óptica y coaxial digital o un par de conectores analógicos para usar un reproductor antiguo o un televisor. En el frontal del altavoz se incluye además un vistoso panel LCD que muestra información sobre el estado del mismo como por ejemplo el nivel de volumen usado.
Precio y disponibilidad
Los nuevos altavoces Mooraker, fabricados a mano y con distintos acabados y materiales en sus patas, saldrán a la venta este mes en Estados Unidos por un precio de 2.400 dólares la pareja, aunque no hay todavía fecha prevista para su llegada a Europa.
Más información | Bossa Sound
